¿Te cuento un cuento?
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Microcuen...
Nunca creí que una frágil chica como yo tendría las fuerzas para correr tanto. ¡Pero tengo que hacerlo ahora mismo!
Miro para atrás desconfiada de todos. La calle está oscura y me siento perdida en este lugar de la ciudad donde de repente me encuentro. No sé cómo llegué hasta aquí, pero tiene que existir una manera de volver a casa.
Corro, corro, corro más rápido aún. A ratos tengo que detenerme para decidir por cuál calle ir. Veo un hombre que me mira un poco raro, así que sin querer termino por entrar en un callejón sin salida. ¡No! ¿Y ahora qué hago?
La única manera de escapar es saltar la cerca. Salto. Y ahora me encuentro rodeada por dos perros pitbull, que solo veo, por la luz que alumbra el patio trasero de la casa.
Mi corazón late a mil por hora. Solo tengo que escapar de aquí, pero no puedo hacer nada, con solo mirar sus ojos siento que ya estoy muerta.
Entonces, un gato salta justo frente a mí, antes de salir disparado hacia la calle. Los perros se distraen corriendo detrás del gato, y yo aprovecho mi oportunidad para volver a saltar la cerca y buscar otro camino hacia mi hogar.
Felizmente el hombre que había visto antes, ya no está allí. Pero siento que hay alguien más. Me paralizo cuando una mano toca mi hombro derecho.
—¡Yapo niña, venga a comer! Te pasas el día todo jugando esos videojuegos —dice mi mamá nuevamente enojada.
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