El secuestro

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El día que Joseph desapareció, fue angustiante para su familia. Nadie tenía la menor idea de dónde podría estar.

Pese a que tenía una buena casa, un auto caro y un nivel de vida alto, Joseph no era millonario ni tenía una vida de lujo. Era un escritor de una sola novela, que por casualidad se hizo famosa.

De todos modos, nadie recibió ninguna nota de rescate, así que no podían hacer mucho para encontrarlo.

Pasaron seis meses buscándolo en vano, y un lunes por la mañana, caminando tranquilamente, él entró a su casa como si nada de malo hubiera pasado. Abrazando a su esposa e hijos, que tanto extrañara, suspiró aliviado y feliz.

—¿Pero de verdad se trató de un secuestro? —dijo su esposa confundida.

—¡Sí! De eso no tengas la menor duda —dijo Joseph, tocando el pen drive que tenía en el bolsillo, y donde había guardado su última novela recién escrita: El Palacio.

Mientras tanto, en una tiny house situada en la orilla de un hermoso lago, Tahira, respirando aliviada, guardaba todas las cosas usadas por Joseph durante la mitad de un año que estuvo recluído allí.

Él nunca llegó a acusarla por el rapto, pero muchos años más tarde, en una entrevista, ella confesó:

"Cuando él supo la razón del secuestro, se ató solo a aquella silla frente al escritorio. Siempre fue mi escritor favorito. Lo mínimo que pude hacer por él era llevarlo a aquel palacio; un lugar tranquilo y perfecto para volver a escribir."

"

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Un viaje a través de mis MicrocuentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora