Todos los días él la visitaba llevando un ramo de flores. Al principio ella las encontraba lindas, de hecho él empezó a llevarlas la segunda vez que la fue a ver, porque, por casualidad, en el primer encuentro que tuvieron ella le había mencionado que esas eran sus flores favoritas.
Cuando los días, semanas y meses fueron pasando, la casa de ella se llenó de aquellas flores. Tardaban mucho en morir y se iban acumulando por todas las piezas de la casa. Ella despertaba y las veía, dormía y soñaba con ellas. ¡Hasta que se hartó! Y ese hartarse fue tan grande que se transformó en un odio infinito por aquellas flores.
Ella no le quería decir la verdad, así que simplemente le agradecía el ramo y luego que él se iba ella las tiraba en la basura. Pero cuando ellos ya estaban saliendo juntos hacía seis meses, ella ya empezó a relacionar las flores con él y poco a poco también empezó a odiarlo. El pobre hombre solamente quería complacerla de tanto que la amaba, así que se quedó terriblemente deprimido cuando ella lo dejó, terminando su relación sin darle ninguna explicación.
Vincent siguió pensando en ella todos los días de su vida. Y aun hoy, si miras los cuadros que él ha pintado, verás girasoles por todos lados. ¡Hasta en su dormitorio habían jarros con girasoles!
¡Si él supiera cuánto ella odiaba esas flores! ¡Si supiera que eran las culpables de que le rompieran su corazón!
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Un viaje a través de mis Microcuentos
General Fiction¿Te cuento un cuento? Entra para viajar por estas páginas donde en tan solo un minuto podrás sentir y vivir lo que tu imaginación o pensamientos te quieran pintar. Porque aquí lo único que haré será escribir, ¡todo lo demás te toca a ti! Microcuen...