En el patio de mi casa siempre tuvimos una plantación de libros.
Como mi mamá es bibliotecaria, ella los plantaba en filas que estaban ordenadas por género.
Mi tarea era regar los árboles y pasar toda la tarde certificándome de que los libros que iban naciendo, eran de las categorías correctas.
Ellos crecían muy rápido, porque aparte de darles agua, les cantaba canciones. ¡Me encantaba hacerlo! Pero poco a poco fui encontrando más libros en árboles equivocados. Había poemarios en ficción científica y recetarios en ficción general.
Todos los días de cosecha yo era castigada. Mi trabajo, nunca resultaba como mi mamá quería.
Un día me aburrió ver cómo todas las hojas eran blancas, así que agarré tinta en aerosol y empecé a teñirlas de colores.
Cuando llegó la fecha de la próxima cosecha, mi mamá gritó muy fuerte. Yo fui corriendo a mirar qué es lo que pasaba.
Ella, aturdida, me entregó un libro de poesías. Cuando lo abrí, ¡me quedé encantada con lo que veía allí! Mi mamá en cambio, estaba muy disgustada. ¿¿Poemas en minúsculas, sin puntos ni comas?? Eso parecía ser su peor pesadilla.
Fue entonces cuando mi papá vino a defenderme:
-Si no ibas aceptar que ella sería una artista, no debieras de haberla alimentado hasta ahora con polvo de notas musicales y ensalada de girasoles.
Desde aquel día, me regalaron un árbol solo para mí.
Hoy será mi primera cosecha y estoy muy ansiosa esperando tener una hermosa sorpresa.
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Un viaje a través de mis Microcuentos
General Fiction¿Te cuento un cuento? Entra para viajar por estas páginas donde en tan solo un minuto podrás sentir y vivir lo que tu imaginación o pensamientos te quieran pintar. Porque aquí lo único que haré será escribir, ¡todo lo demás te toca a ti! Microcuen...