SOLO ÉL PODRÁ ACABAR CONMIGO. [Daniel Oviedo]

CAPITULO 83

- ¿Cómo es posible? -digo sin muchas palabras- es preciosa amor -.

Lo abrazo sin más, tengo tantas sensaciones y sentimientos en el cuerpo ahora mismo que no se ni por dónde sacarlos. Mi mente viaja hasta el momento donde leí una de las frases de la canción, estaba en el dormitorio de Dani y encontré las hojas en una mesa pequeña.

- Gracias a ti cambié -dice- empecé a verlo todo diferente, lo empecé a ver para mejor y todo por ti-.

- Tú hiciste ese esfuerzo en cambiar, yo solo lo inicié -digo mirándolo a los ojos fijamente- siempre voy a estar aquí para lo que necesites-.

Saca una pequeña sonrisa en su cara, y eso es precisamente lo que quería ver.

- ¿En qué momento la escribiste? -pregunto intrigada-.

- Cuando lo dejamos, y un poco antes, y la termine cuando volvimos -dice acariciando me la cara- al volver supe que no podría desaprovechar esta oportunidad, y bueno, creo que era una buena forma de demostrarte todo lo que significas para mí -.

Este hombre acabará conmigo si sigue hablándome así de bonito. Lo beso, pero esta vez de una forma muy especial.

- Bueno, creo que ya es hora de ir recibiendo -dice mirándome- mañana será un día largo-.

Me separo de él y lo miro.

- ¿Te quedarás a dormir? -le pregunto con ansias-.

Descanso tanto a su lado, no sé si es por su olor o por las buenas vibraciones que transmite, la paz y la harmonía que llega a ser maravilloso.

- Claro que sí -dice besándome-.

- Pues vámonos ya -digo levantándome-.

Extiendo la mano y con ayuda de sus muletas se levanta del suelo, caminamos juntos y le abro la puerta para que pase. Subimos las escaleras hasta llegar a mi habitación, allí entro al baño para cambiarme y ponerme el pijama más cómodo que encuentro. Cuando salgo me lo encuentro sin camiseta y con unos pantalones de pijama con la pierna escayolada.

- Estás muy sexi así -digo apoyándome en el marco de la puerta del lavabo-.

- Para ti todo lo que tú quieras nena -dice mirándome mientras se apoya con los codos en la cama-.

Me rio, y camino hasta él. Allí con cuidado de no hacerle daño en ninguna parte me extiendo por encima de él mientras voy haciendo un camino de besos que van desde el ombligo hasta sus amados labios.

Cada vez que voy subiendo más y más la piel se le va poniendo de gallina, haciendo que, la mía vaya al mismo compras.

- Me provocas mucho nena -dice cogiéndome de la cintura y dándome media vuelta-.

Dani se queda encima de mi, me rio y empieza a besarme el cuello poco a poco. Dejando un camino perfecto de besos. La respiración se me agita cada vez más rápido y todo mi cuerpo lo sabe. Al sentir sus labios con los míos exploto y lo beso con deseo. Paso mis manos por su torso desnudo.

- ¿Qué estás haciéndome Oviedo? -pregunto muriéndome de ganas por dentro-.

- Todo lo que tú quieras -dice mirándome a los ojos-.

El deseo, y el amor que hay en ellos es tanto que me pierdo con solo mirárselo. Sus besos no cesan en ningún momento, sus manos bajan hasta el bordeado de mi pijama para meter la mano dentro de él, un escalofrío invade mi cuerpo haciendo que me estremezca.

- Cada movimiento y cada gesto hacen que pueda sentirte solamente mía -me dice provocándome-.

Sube su mano hasta mi pecho y lo toca a su gusto, como mariposas en mi interior se expande en mi cuerpo al sentir la yema de sus dedos pasando por mi cuerpo.

Deja de besarme durante unos instantes para quitarme la camiseta, vuelve a besarme y poco a poco va volviendo a subir la mano hasta la hebilla del sujetador. Allí mi cuerpo si paraliza y una respiración profunda hace que pare el también y se me quede mirando.

- Si no quieres -dice mirándome- podemos parar-.

Suelto el aire cogido anteriormente y vuelvo a respirar.

- Sigue -digo atrayéndolo hacia mí para besarlo con desesperación-.

Acaricio todo su cuerpo con tanto deseo que me sorprendo a mi misma. Me desabrocha el sujetador y una bomba de calor se extiende por mi cuerpo.

Nos besamos tanto que cuando vuelvo a abrir los ojos estamos él y yo en ropa interior.

- Nena ahora vas a tener que hacerme caso -dice tocando me el pelo de la frente- ¿Vale?-.

Con la cabeza asiento, nervios se apoderan de mi estómago cuando sus dedos empiezan a llegar al bordeado de la última prenda que me queda.

Y sin más, cuando vuelvo a abrir los ojos todo cambia. Nunca lo había sentido tan cerca de mi como ahora.

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Continuará...❤️