SOLO ÉL PODRÁ ACABAR CONMIGO. [Daniel Oviedo]

CAPITULO 94

Llego a mi casa destrozada, salgo del coche y Kate me coge del brazo para ir juntas hasta dentro. Nunca pensé que podríamos acabar así, bueno que pudiésemos acabar. Entramos en casa y recuerdos aparecen en mi cabeza, Kate lo nota y empieza a abrazarme.

- Eres fuerte Elena -me dice quitándome las lágrimas- vamos-.

Subimos las escaleras y entero corriendo a mi habitación cerrándola de un portazo. Paso de la cama y me apoyo en la ventana mirando al cielo, que poco a poco va cambiando su forma por culpa de mis lagrimas. Así paso un buen rato, miro el móvil y veo los mensajes de Marco. Como si me fuese la vida en ello estampo el móvil contra el suelo. Encojo las rodillas hasta que me abdomen para cruzar los brazos y apoyas mi cabeza en ellos.

Y las lágrimas van terminando poco a poco, ya no hay suficientes en mi cuerpo. Me levanto y me pongo el pijama, corro y me tiro en la cama llorando pero sin lágrimas. Es duro sentir como una mitad de ti se ha desvanecido por completo, siento es vacío fuese como si me arrancasen la mitad de mi piel.

Los ojos poco van cerrándose solos, sin ningún tipo de esfuerzos, escucho como la puerta de mi habitación se abre y un cuerpo hace que el colchón se hunda para abrazarse a mi por mi espalda. Todo se vuelve oscuro, no hay ni un rayo de luz ni en mis sueños. Toda la vida que tenían, la alegría y las risas se las a llevado y para no devolvérmelas. Y porque en menos de un año se a llevado todo lo que me costó construir en dieciséis. Fragmentos de momentos aparecen rápidamente en mi memoria. Esos momentos donde todo era diferente, que solo él se a cargado.

....

A la mañana siguiente me despierto con un gran vacío en mi interior. Al lado mio no encuentro a Kate, miro al suelo y veo mi móvil. Con pocas ganas lo cojo y le doy la vuelta, la pantalla tiene dos rajas por el golpe y eso que llegué a pensar que lo había roto del todo. Salgo de mi habitación sin importarme las pintas que pueda tener. Kate tampoco está abajo así que supongo que habrá salido con sus amigas. Me hago el desayuno dejando el móvil a un lado de la isla, y mientras me como el desayuno me lo quedo mirando. Me levanto para cogerlo pero algo en mi interior me dice que no lo haga.

- No servirá para nada -digo alejándome de él y volviéndome a sentar en el taburete-.

La puerta principal se abre, y Kate aparece por la cocina con algunas bolsas de tiendas y del Mercadona.

- Hola -dice abrazándome fuertemente- estoy para lo que quieras-.

- Lo sé -digo abrazándola-.

Se separa de mi coge un baso de agua y se lo bebe de golpe. Me río por primera vez y se me queda mirando. Es muy cotilla y lo quiere saber todo de mis sentimientos pero también sabe que aún no le voy a decir nada al respecto.

- ¿Quieres ver que he comprado para el viaje? -dice acercando las bolsas a la isla para que pueda verlas-.

- Si- digo comiendo un trozo de galleta-.

Kate me enseña toda la ropa que ha comprado para las vacaciones, es tan mona que hasta me ha comprado cosas a mi.Termina de enseñarme todo lo que ha comprado y guardamos la comida que ha comprado para el viaje en coche. Sí, vamos a ir en coche así se hará más divertido y también más largo para pasar tiempo nosotras dos. Papá y mamá nos dijeron que no podrían ir con nosotros así que decidimos hacer nuestras propias vacaciones. Ellos lo vieron bien y nos cogieron tres apartamentos para estar durante el viaje por Andalucía.

Una vez todo guardado, subimos y nos ponemos el bañador. Cogemos la toalla y bajamos las escaleras para seguidamente salir corriendo y tirarnos de cabeza a la piscina. Nos gusta más que la playa, hay más privacidad, y sin niños revoloteando por tu alrededor tirándote arena por todos lados.

Pasamos la mañana así, juntas tomando el sol. A la hora de comer hacemos carne rebozada con patatas fritas. Tenemos tanta hambre que lo engullimos todo y por la tarde Kate se queja de que tiene dolor de barriga. Kate se queda dentro viendo la tele mientras que yo salgo fuera, me tumbo y empiezo a leer. Aunque no lo creáis me gusta leer, y mucho más si son libro de romance, aunque ahora la temática no esté a mi favor.

Me paso la tarde así hasta que más o menos el sol va bajando. Entro en casa y veo a Kate durmiendo en el sofá. Me acerco y le doy un beso en la frente. Subo arriba y me doy una larga y maravillosa ducha. Cuando salgo veo que mi móvil está en mi mesilla y cargando.

- Kate -digo sola-.

Me acerco y veo que tengo diez llamadas de Kat y dos de Jesús, pero ninguna de él. Eso me cabrea muchísimo. Me siento en la cama y llamo a Kat, y que me asombra por la rapidez que coge el teléfono.

- ELENA -chilla Kat-.

Me separo el teléfono de la oreja para que no me chille más en la oreja y me río al sentir su voz.

- Hola -digo alegre de escucharla- ¿cómo va todo?-.

- Bastante bien, pero nada comparado como estar allí -dice ella-.

- Tienes suerte de no estar aquí ahora, yo quiero desaparecer en cualquier momento -digo-.

Me levanto y me siento en el mismo sitio de ayer, mi ventana.

- Ay cariño, ¿cómo estás? -pregunta- Kate me lo contó, me llamó cuatro veces a las dos y media de la mañana-.

Me río.

- Me imagino a Kate desde su habitación sentada en su cama llamándote como una loca -digo mirando al exterior-.

- Pues sí! -dice ella riendo- lo solucionareis, ya verás-.

Me encantaría tener el pensamiento positivo de Kat pero no lo tengo y es una gran mierda.

- No lo creo Kat, dijo cosas que nunca pensé que dijera -digo recordando-.

Seguimos hablando y me alegra un poco, terminamos de hablar y me estiro en la cama boca arriba. Me giro y me quedo mirando al exterior de mi ventana hasta que el sueño se apodera de mi, una vez más.

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Habrá el epílogo!❤️