CAPITULO 13

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Una fuerza tira de mí por un lado mientras otra tira por el otro lado, me siento muy cansada y desorientada. Solo quiero descansar. Todo lo que hay alrededor mío es oscuridad. No hay luz ni más gente conmigo. Las ganas de llorar no desaparecen en mi. De la nada empiezo a escuchar una voz.

-Aguanta Elena por favor, has de aguantar -me dice la voz-.

- No se que me quieres decir! -digo pero al parecer nadie me escucha-.

Poco a poco un lado me tira más que el otro. Empiezo a ver como una luz blanca aparece, de ella sale una persona.

Mi abuela.

- Hola querida- me dice ella mientras camina hacia mi- ¿cómo te encuentras?-.

- Abuela -digo mientras lloro- ¿qué me está pasando?, ¿qué estás haciendo aquí?-.

- Cariño has de ser fuerte y no cerrar los ojos. Intenta no cerrarlos. Este aún no es tu momento. Prométemelo reina- me dice dándome un beso en la mejilla- prométemelo-.

- Te lo prometo abuela pero -no acabo de hablar cuando mi abuela va desapareciendo poco a poco-.

Elena no cierres los ojos, me repito a mi misma una y otra vez. Algo pasa, empiezo a escuchar un tremendo pitido en las orejas. Todo empieza a moverse debajo de mis pies. La oscuridad me absorbe haciendo que empiece a tener recuerdos.

Escucho a gente hablar.

- Doctora, ¿qué dicen los resultados? -escucho decir la voz de un hombre- ¿mi hija se pondrá bien?-.

¿Papa? ¿Qué hace él aquí? ¿Estará mamá también? ¿Qué día es?

Empiezo a moverme estresada, solo puedo oír pero mi cuerpo no me deja hablar.

- Cielo, se que me escuchas. Por favor abre los ojos -dice la voz de mi madre llorando-.

Una voz que no reconozco empieza ha hablar.

- Señores Estepa, su hija está en un pequeño coma. Seguramente pueda oíros pero no hablaros. Sin que las cosas cambien podría despertar en cualquier momento- dice una voz femenina-.

La puerta se cierra, aunque segundos después vuelve a abrirse, o eso es lo que creo.

- Elena, Elena por favor despierta -dice la voz de Kate-.

- Kate cariño Elena no puede hablarte pero seguramente pueda oírte - dice mi madre- papá y yo salimos un momento, puedes decirle lo que ha pasado. Seguramente esté desorientada y te necesita cariño. -acaba diciendo mi madre con toda certeza-.

No se que pasa después pero la puerta se cierra y mi hermana empieza a explicarme cosas.

- Bueno por dónde empezar, el día que te desmayaste en casa seguramente no lo recuerdes así que te lo explicaré. Sonó un ruido que hizo que Katherina y yo nos despertásemos, cuando bajamos te vimos rodeada de trozos del jarrón más caro que teníamos en casa. Estabas pálida y muy quieta. Vamos como una estatua, y no reaccionabas. Llamamos a Daniel para que viniese lo más rápido posible cuando te desmayaste y tuvimos que cogerte por los pelos. Cuando Daniel llegó, y aún no despertabas se puso a llorar y llamó a la ambulancia. Directamente nos fuimos al hospital dónde estás ahora. Han pasado dos días y sigues sin abrir los ojos. Sabes, te hecho de menos Elena. No tengo a nadie con quien hablar, ni con quien enfadarme en casa. Daniel pasa mucho por casa. A papá y mamá les gusta mucho, así que cuando habrás los ojos no tendrás que preocuparte por ello -dice cuando de repente se calla, está llorando- Llamamos a papá y mamá y vinieron corriendo desde Nueva York. En patinaje no hay otro tema que no seas tú, hasta Alexia habla de ti. -vuelve a hacer una pausa y respira hondo- por favor Elena, necesito que despiertes. Me siento sola y vacía-.

Sin previo aviso la puerta se abre haciendo que mi hermana se calle.

- Ey pequeña no llores -dice la voz de un chico- se va a poner bien-.

Algo en mí cambia al escuchar esa voz, intento hablar pero no puedo.

¿Oviedo?

- ¿Qué te parece si me dejas un rato con ella mientras te vas a limpiar esa cara llena de lágrimas y mocos? -le dice con voz dulce-.

- Vale -dice ella saliendo de la habitación-.

Noto como me cogen de la mano y me la acaricia.

- Bueno Estepa qué decirte que no te lo haya dicho Kate. Es duro no tenerte al 100%. Nunca había tenido la necesidad de proteger y amar tanto a una persona hasta que llegaste tú. Lo sé es increíble. Me han dicho que puedes escucharme pero no hablarme, así que se me hace aún más duro no poder oírte hablar, ni insultarme, ni besarme. Conocí a tus padres, aunque no de la manera que me hubiese gustado. Al parecer les caigo muy bien. Katherina está diferente. Desde que te has ido durante este pequeño tiempo no habla, no come, y no sale. A Jesús lo tiene peocupado. Se siente culpable por lo que pasó. Pero tú eres la única que puede ayudarla. -dice mientras me acaricia- Mi niña, se que eres fuerte. Ya me lo has demostrado muchas veces. Demuéstramelo ahora. Tienes que permanecer aquí muchos más años, conmigo, con tu familia, con Kat y con Jesús. Si dos días sin ti se me hacen los peores, una vida sin ti sería como vivir en el infierno. -después de decir estas palabras se calla-.

Quiero reaccionar, quiero que sepa que lo escucho y que lo quiero como a nadie en esta vida.

- Te amo desastre -me dice antes de darme un beso en la frente y irse de la habitación-.

Necesito despertar, no quiero estar así. Con todas mis fuerzas intento abrir los ojos pero no puedo. He de ser capaz de abrirlos antes de que todo acabe. Antes de que mi corazón y mi mente dejen de estar unidos para siempre.

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Continuará.....❤️

SOLO ÉL PODRÁ ACABAR CONMIGO. [Daniel Oviedo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora