CAPITULO 40

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Con los pensamientos desordenados paso el resto de la tarde con Kat. Compramos ropa y complementos muy bonitos. A las siete y media decidimos hacer un pensamiento. Kat a venido en transporte público así que la llevo hasta su casa. Por el camino no dejamos de hablar en ningún momento hasta que saca a Daniel en la conversación.

- Respira, ¿vale? -me pide Kat apunto de llegar a su casa- acabáis de volver y no quiero que volváis a pasar, ninguno de los dos, otra vez por lo mismo.

Kat me consuela pero mis pensamientos siguen en la misma escena del día. En toda la tarde no me la he podido sacar de la cabeza.

- Vale -respondo con una pequeña sonrisa-.

Llegamos a su casa, aparco en frente de la puerta. Nos abrazamos y sale del coche, arranco y con cuidado me vuelvo a incorporar en la carretera. Tardo diez minutos en llegar a mi casa. Aparco, salgo del coche y en la puerta encuentro a Daniel sentado. Abro el maletero, cojo las bolsas del maletero y camino hasta llegar a su posición.

- Hola -me dice levantándose del suelo- oye puedo explicártelo-.

En estos momentos no sé que hacer, si gritarle o pasar de él. La puerta se abre, de ella salen mis padres y Kate.

- Ah hola chicos -nos saluda mi madre- ¿Qué tal el centro comercial hija?-dice dándome un beso en la cabeza-.

- ¡Daniel! -lo saluda Kate, a lo que el le regala una pequeña sonrisa-.

- Que grande estás Kate -dice chocando le los cinco-.

Miro a Daniel y luego vuelvo a mirar a mi madre.

- Bien, hemos comprado algunas cosas-digo levantando los brazos para que pueda ver las bolsas- ¿Os vais todos?-.

- Sí, vamos a llevar a Kate al cine con unas amigas y a tu coche al mecánico -me informa- si os quedáis a cenar hay pizzas en la nevera-.

- Vale -digo dándole un beso en la mejilla- HOLA PAPÁ-.

- HOLA -chilla desde el coche-.

Mis padres se van dejándonos solos, entramos en casa. Dejo las bolsas en el recibidor y las llaves en un bol. Entro en la cocina con Daniel detrás de mi, nos quedamos uno completamente en frente del otro alrededor de la isla.

- Has de darme explicaciones Dani -le digo cruzando los brazos-.

- Elena no has de preocuparte por nada, mira Carlos no es buena gente ¿vale? -me explica- el mes pasado le pedí un favor y ahora se lo he de devolver porque así van las cosas con Carlos. Pero no has de preocuparte, enserio -acaba diciendo mientras rodea la isla para acercarse a mi-.

- Dani ese tío no me da buena espina, ¿qué es eso que has de devolver? -pregunto intrigada-.

Me rodea con sus brazos hasta que no puedo tener ninguna escapatoria.

- Eh nena, tu no te preocupes por eso ¿vale? lo tengo todo controlado -dice dándome pequeños besos por toda la cara-.

- Vale -digo sin creérmelo del todo- ¿quieres quedarte a cenar?-.

- Y tanto -dice riéndose-.

Ponemos las pizzas al horno, sacamos los vasos, la bebida, un bol con patatas y poco más. Mientras se hace la pizza me siento sobre la isla comiendo patatas del bol.

- Oye que no se come hasta que esté la cena en la mesa -dice quitándome el bol- esto es mío ahora-.

- Eh mis patatas no Oviedo -digo bajando de la isla-.

Me acerco hasta donde está.

- Dame mis patatas nene -digo dándole besos por la cara-.

- ¿Soy tu nene? -me pregunta con una voz seductora-.

- Solo si me das mis patatas -digo echándole una mirada de fuego a la cual se ríe-.

- Inténtalo de nuevo - dice probándome-.

No debería haber dicho eso. Me acerco a él lo bastante para sentir sus músculos contra mi piel. Los besos que le daba por la cara empiezo a dárselos por el cuello, poco a poco voy besándolo más y más. Su colonia inunda mi cuerpo, deja el bol en la encimera que tiene justamente atrás para posar sus manos en mi cintura.

Con un rápido movimiento me gira y me sube encima de la encimera, me besa con fuerza y a la vez con calidez. Abro las piernas para que se coloque en medio de mi. Cada beso intensifica más el ambiente. Con un rápido movimiento me bajo de la encimera, echándolo para atrás, cojo el bol con las patatas que quedaban y salgo de la cocina hacia el salón. Su cara es un poema porque no se lo esperaba.

- Oviedo has de ser más rápido, ¿no crees? -digo enseñándole el bol-.

Si las miradas matasen, yo ya estaría en lo más profundo del infierno.

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Continuará....🍕
¿Subo otro capítulo hoy o mejor mañana?🤔

SOLO ÉL PODRÁ ACABAR CONMIGO. [Daniel Oviedo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora