CAPITULO 70

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Todo me da vueltas cuando abro los ojos, me cuesta unos minutos centrar mi vista a un punto fijo y cuando veo mínimamente bien me voy cuenta del panorama que tenemos montado en mi habitación.

Kate está estirada en su cama, debajo de mis pies, Kat a mi lado pero en vez de tener su cabeza con la mía tengo sus pies en mi cara. Rio al recordar la noche tan divertida que pasamos ayer.

Me levanto poco a poco, cuando pongo los pies en el suelo un escozor acecha mi garganta. Como si estuviese recuperada me levanto y corro hasta el lavabo, abro la tapa del váter y sin más vomito toda la comida y bebida que tengo en mi estómago. Escucho como Kate y Kat hablan medio sobadas pero no ma da tiempo a decriles nada porque sigo vomitando. Escucho como las pisadas de Kat llegan hasta la puerta del lavabo.

- Elena -dice con la voz ronca- ¿estás mejor? -.

Respiro profundamente antes de poder responder.

- No -digo antes de volver a vomitar-.

- Genial -dice Kat en apoyada en la puerta-.

No se cuanto rato me paso en el lavabo pero cuando salgo de mi habitación no hay nadie, bajo las escaleras y escucho voces. Cuando llego al salón veo a Jesús obervar a Kat que está sentada en el sofá.

- Hombre la última superviviente -dice Jesús cuando me ve entrar-.

- Mmmm....no chilles tanto- digo tapandome los oidos-.

Y es verdad, cada sonido se me ha multiplicado por diez. En la cocina veo a Kate comiendo un bocata de nocilla.

- Hola nena -digo dandole un beso en la mejiella- almenos una a salido victoriosa-.

- No sé en que momento decidisteis vosotras dos tomaros cinco basos de vodka con Coca Cola -me dice riéndose de mi-.

- JA JA muy graciosa -digo cojiendo una galleta- ¿Vienes tu pero mi novio no?-.

Jesús saca la cabeza por detrás del sofá pero antes de que pueda responder la puerte principal se abre para dejar entrar a mi estupendo novio que trae, con él, una bolsa donde creo pensar que hay churros con chocolate.

- Ey pero mírala -dice dejando la bolsa en la encimera- si estás viva al final-.

Cuando le veo le sonrío, camino hasta él y lo abrazo. Debo estar hecha una porquería.

- Hola -digo en su pechos- ¿cómo es que habéis venido? -.

- Kat nos llamo de que no estabais bien Y de que llevabas una hora vomitando en el baño -dice dándome un beso en la frente- parece que lo tuyo no es beber nena-.

- Bienvenida mi querida resaca -digo cansada-.

Dani se ríe por mi comentario, me abraza y mis fosas nasales se invaden de su olor.

- Y yo os voy a cuidar a ti y a Kate -dice riéndose- vaya noche de chicas os habéis montado-.

- Mmm...calla -digo-.

Con un dolor increíble camino hasta el sofá, durante toda la mañana nos la pasamos estiradas en el sofá mientras que Jesús y Daniel nos cuidan como a tres niñas pequeñas.

La tarde pasa muy normal, comemos los cinco en casa y hablamos de quedar para la semana que viene todos para irnos de fiesta, pero luego recuerdo que tengo el campeonato en nada y me borro de la lista.

Terminamos de comer el postres, simplemente un yogurt, nos estiramos en el sofá y ponemos una película. Kate se pone en el sillón de papá, y los cuatro en el sofá que por suerte es lo suficientemente grande para todos. Daniel se sienta y después me siento yo apoyando mi cabeza en su pecho mientras me toca la espalda.

Kat y Jesús están igual que nosotros aún que no duró mucho despierta, estoy tan cansada que creo que media hora después ya estoy dormida.

....

Siento como un peso está encima de mi, abro los ojos poco a poco pero me siento desorientada. Abro los ojos y me encuentro con la cara de Daniel profundamente dormida. Giro la cabeza y veo que estamos en mi cuarto, poco a poco voy quitando su cuerpo de encima de mi, intentando no despertarle. Supongo que cuando acabo la película me subió, miro el móvil, más siete y media de la tarde.

Antes de ponerme en pie doy la vuelta y lo beso en los sabios, luego camino hasta el armario, cojo algo de ropa para estar más cómoda por casa y salgo de mi habitación.

Abro la puerta del cuarto de Kate y me la encuentro mas dormida que nunca, bajo las escaleras para ir al salón y están los dos tortolitos viendo la televisión.

- Al menos vosotros dos seguís en pie -digo riéndome-.

- Bueno, eso es porque no has bajado hace un cuarto de hora -me dice Jesús desde el sofá-.

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Continuará...👫

SOLO ÉL PODRÁ ACABAR CONMIGO. [Daniel Oviedo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora