CAPITULO 87

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Unos rayos de sol iluminan mi cara haciendo que me despierte. Abro los ojos y aún no me creo que estemos en vacaciones. Me levanto de la cama, camino hasta el baño y me aseo. Al salir veo que el móvil se enciende. Lo cojo y veo que tengo un mensaje de Kat.

- Lo sé, te veo en quince minutos en tu casa -.

Mientras lo leo voy saliendo de mi habitación, bajo las escaleras y todo está en completo silencio. Abro las puertas y ventanas para que entre aire fresco y subo algunas persianas que bajé anoche. Conecto mi móvil a los altavoces y mientras me hago el desayuno, empieza a reproducirse la playlist de Spotify. Me hago unas tostadas con mantequilla y azúcar, junto con un Colacao.

Miro por la puerta de cristal que va hacia el jardín y veo que hace un día maravilloso, no hay ninguna nube y el sol pega fuerte, en conclusión es un día perfecto para bañarse en la piscina. Termino de desayunar y dejo los platos en el lavavajillas. Subo y me pongo el bikini con un vestido de playa. En Barcelona los usaba mucho pero aquí me da que solo para estar por casa o salir a la piscina.

Minutos después pican al timbre, bajo corriendo las escaleras y abro la puerta principal. Tal y como veo a Kat nos lanzamos las dos en un profundo abrazo que dura bastantes minutos.

- Te quiero mucho -le digo-.

- Y yo a ti -me dice-.

Cuando nos separamos nos reímos la una de la otra por las pintas que tenemos, imaginaos a dos adolescentes lloronas que han estado minutos abrazándose y con los pelo despeinados. Kat entra en casa y deja sus cosas en el sofá, las dos salimos al jardín y nos sentamos en la mesa.

- Te debo una explicación -dice mirándome-.

- Sí -afirmo-.

- Empezó hará unas cuantas semanas, sabes que mis padres no sé llevaban bien desde hacía muchísimo tiempo -explica mientras afirmo con la cabeza- tuvieron una gran bronca, para ser concretos su última bronca. En ese momento decidieron que querían separarse el uno del otro, fueron al juzgado y firmaron unos papeles conforme ya no estaban casado y se divorciaban, la custodia se la ha quedado mi padre, y él se quiere ir a vivir a Asturias donde también está parte de mi familia por parte de él-.

Cuando Kat termina de hablar me quedo asombrada por lo que me ha dicho en menos de cinco minutos.

- Kat, ¿porqué no me lo contaste? -le pregunto-.

- Porque tu tenías tus problemas, con el accidente de Dani y las competiciones y todo lo demás que no quería que lo supieses para no darte más presión- dice llorando-.

- No Kat la culpa ha sido mía -digo mirándola- he estado tan pendiente de los entreno y de todo lo que me pesaba simplemente a mí que no me he fijado que tu me necesitabas, he sido una horrible amiga y no has de culparte por eso -digo triste-.

- Será duro no veros a ninguno- dice abrazándome-. y más a Jesús-.

- ¿Él lo sabía? -le pregunto-.

- No todo -dice sacándose algunas lágrimas de la cara- pero el día que se lo conté se cabreó muchísimo conmigo, y tiene toda la razón de estarlo porque no debí ocultárselo en ningún momento, ahora ya no me quiere ni ver-.

- Kat no creo que no te quiera ni ver, creo que está dolorido porque no se lo hayas contado pero no creo que te odie -digo poniendo mi mano en su hombro-.

- Bueno ahora ya es tarde, dentro de cuatro días me voy -dice-.

Me quedo quieta al escuchar los días que le quedan aquí, pero quiero verla bien y no mal.

- Bueno pues haremos de estos cuatro días los mejores de tu vida -digo levantándome-.

- No lo dudo -dice levantándose-.

La puerta del jardín se abre y aparece Kate con un vestido de playa.

- ¿Alguien a pedido diversión? -dice acercándose a nosotras-.

Las tres nos reímos, nos pasamos la mañana juntas bañándonos en la piscina. Salgo de la piscina y me tumbo en el césped.

- Tenía tantas ganas del verano -dice Kat estirándose a mi lado-.

- Igual -le respondo con los ojos cerrados-.

Hasta que no son las dos y media de la tarde no nos movemos del jardín. La barriga empieza a sonarme y al parecer a Kat y Kate también, ya que se han comido todo el bol de patatas entre ellas dos.

- ¿Comemos ya? -les pregunto riéndome-.

- Dios mio pensaba que nunca lo dirías -dice Kat levantándose del césped-.

Nos reímos las tres, nos levantamos y nos vestimos mínima mente. En la cocina empezamos a preparar los básicos macarrones con tomate. Mientras Kate hierve la pasta, Kat y yo preparamos el sofrito de tomate. Cuando lo tenemos todo lo juntamos y empezamos a mezclar para que los macarrones cojan color. Preparamos la mesa y servimos los platos. Mientras los estyo llenando el timbre suena.

- Voy yo -dice Kat ya caminando hasta la puerta-.

Me río, pero cuando pasa un minuto y aún no a vuelto, dejo el plato de macarrones en su sitio y camino hasta el pasillo.

- Kat, ¿quien es? -digo-.

Acabo de limpiarme las manos llenas de tomate, subo la vista hasta la puerta y veo a Kat parada enfrente de ella. Al acercarme más me doy cuenta de quien es.

Es Jesús.

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Continuará...😮


SOLO ÉL PODRÁ ACABAR CONMIGO. [Daniel Oviedo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora