CAPITULO 88

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- Hola Jesús -saludo-.

Me acerco hasta la puerta quedándome al lado de Kat, que no le quita ojo de encima.

- Hola Elena -saluda él-.

Esto es muy incómodo, tanto para mí como para ellos dos.

- ¿Nos disculpas un momento? -le pido-.

Asiente con la cabeza y da media vuelta hasta salir a la entrada. Rápidamente cojo a Kat de los hombros haciendo que me mire.

- Kat, ¿estás bien? -le pregunto-.

- Claro, ¿porqué no debería estarlo? -responde irónicamente-.

Seguidamente pasa por mi lado volviendo a entrar en la cocina. Respiro hondo y salgo para reunirme con Jesús.

- Ya estoy -digo caminando-.

Se gira y veo que tiene los ojos llorosos. Lo abrazo tan solo segundos después. Al separarnos se quita algunas lágrimas.

- Solo venía a decirte lo de Kat -me explica-.

- ¿Cómo estás? -le pregunto poniendo mi brazo en su hombros-.

Suspira y entonces responde.

- Jodido la verdad -dice mirando al suelo-.

- Jesús, la quieres como a nadie y ella a ti -digo- entiendo perfectamente que estés muy mal pero, solo le quedan cuatro días antes de irse, ¿no crees que sería mejor que, al menos, quedaseis bien antes de separaros del todo?-.

- Ahora ni puedo hablar con ella, bueno ya lo has visto -dice suspirando-.

Las relaciones y las amistades se acaban en un momento o otro.

- Se que ahora lo ves un infierno -digo- pero te prometo que pronto se acabará, después de una tormenta llega la calma-.

Nos abrazamos, luego el se sube al coche y se va. Doy media vuelta y entro en casa, allí están sentadas esperándome para comer. Me siento en la mesa y ninguna de las tres habla.

- Tienes que hablar con él -digo cortando el silencio-.

- ¿Te crees que no quiero? -dice cabreada- lo he tenido en frente y no he sabido ni decirle sin simple "hola"-.

Kat deja el tenedor en el plato y lleva sus manos a la cabeza. Está frustrada y dolorida.

- Todo se arreglará- le digo levantándome y abrazándola-.

Las tres nos abrazamos conjuntamente. Nos reímos por la situación y terminamos de comer como si no hubiese pasado nada. Por la tarde ponemos una serie, hacemos palomitas y pasamos la tarde.

Una hora después me levanto del sofá para hacer más palomitas. Kat y Kate se quedan en el sofá enganchadas a la serie, de la cual llevamos unos cuantos capítulos.

En la cocina pongo a calentar las palomitas al microondas tres minutos. Cojo el móvil de mi bolsillo y miro si tengo algún mensaje. Veo que tengo notificaciones de Instagram y tres mensajes de Daniel.

WhatsApp:

Daniel Oviedo❤️: Hola😊.

Daniel Oviedo❤️: Jesús me ha contado que se a encontrado con Kat en tu casa.

Daniel Oviedo❤️: ¿Está bien?.

- Hola, la verdad? Ha sido muy incómodo😔.

Daniel Oviedo❤️: Me lo imagino, Jesús no ha salido desde entonces de la habitación.

- Pobrecito, nosotras llevamos toda la tarde viendo series y comiendo palomitas como unas depresivas!.

Daniel Oviedo❤️: Oye, ¿mañana puedes acompañarme al médico? Tengo cita con el doctor para ver mi pierna y no quiero ir con un Jesús deprimido.

- Si claro, ¿a que hora te paso a buscar?.

Daniel Oviedo❤️: Sobre las mueve y media.

Daniel Oviedo❤️: Muchas gracias, te quiero❤️.

- Pues allí te veo!.

- Pelota❤️

El sonido del microondas hace que me guarde el móvil, otra vez, en el bolsillo. Saco las palomitas, las pongo en el bol con un poco de sal y vuelvo a sentarme en el sofá. Allí las dos se me tiran encima para coger palomitas y engullirlas, luego se preguntan porqué ya no hay más.

Después de dos horas comienzan a salir los créditos en la tele. Si, nos hemos visto una temporada entera de Crónicas Vampiricas. Me levanto, me estiro y enciendo la luz del salón. Kat y Kate hacen lo mismo, cogen el bol y lo llevan a la cocina junto con los vasos de agua y cocacola. Miro el reloj y con las ocho de la noche.

- Bueno chicas yo ya me voy a ir yendo -dice Kat en la cocina- he de empezar con las maletas-.

- Vale nena -digo abrazándola- Yo mañana por la mañana no podré quedar porque voy a llevar a Daniel al médico para su pierna-.

- Bueno pues ya me dirás que le dicen -dice despidiéndose de Kate- Ale, adiós!-.

Kat camina y poco después suena la puerta principal cerrarse. Ni Kate ni yo tenemos hambre así que no hacemos nada de cena.

- ¿Te quedas o subes? -le pregunto-.

- Subo, subo -dice riendo mientras termina de cerrar las ventanas y las puertas-.

Subimos hasta el pasillo de arriba. Cada una entra en su habitación, cojo el pijama y la ropa interior mientras me dirijo al baño. Me pego una ducha bastante larga pero reconfortante. Al salir veo a Kate tumbada en mi cama.

- Ey, ¿qué haces aquí? -pregunto poniendo mi ropa en el cesto de la ropa sucia-.

- No quiero dormir sola hoy -dice mirándome-.

- ¿Ha pasado algo? -pregunto sentándome en el borde de la cama para comerme calcetines- ¿todo bien con Oliver?-.

- Si, con él todo bien pero -dice suspirando- lo hecho de menos ahora que se ha ido de vacaciones-.

- Oh pero tú tranquila Kate, ya verás que dentro de poco lo vuelves a ver -digo metiéndome en la cama-.

- Si, tengo muchas ganas -dice haciendo lo mismo que yo-.

- Bueno pues ahora a descansar, buenas noches- digo parando la luz y poniendo el despertador-.

Y poco después caemos dormidas.

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Continuará...❤️

SOLO ÉL PODRÁ ACABAR CONMIGO. [Daniel Oviedo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora