CAPITULO 92

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- Las cosas cambian cuando conocemos a las personas -dice mirándome-.

De repente Kat y Jesús nos miran, nos levantamos y caminamos hasta ellos.

- A llegado la hora -dice ella- os veré pronto, lo prometo-.

Nos abrazamos conjuntamente, pero antes de que pueda dar un paso más la agarro y la abrazo muy fuerte.

- No me dejes -digo llorando-.

Siento como unas manos me agarran de la cintura y tiran de mí despegándome de ella. Se gira y camina hasta desaparecer entre la gente.
Lloro en el pecho de Dani mientras él me abraza. Caminamos los cuatro en silencio hasta el ascensor, allí nos despedimos y los hermanos y nosotras nos vamos hacia nuestros coches.

- ¿Seguro que no quieres que vaya contigo a casa? -pregunta Dani-.

- No, ahora Jesús te necesita más que a nadie en el mundo -digo besándolo tiernamente-.

La vuelta a casa es más dura de lo que me hubiese imaginado, Kate llora en silencio y yo también. Aparco en frente y Kate sale corriendo, coge sus llaves, abre y sin más sube arriba. Cuando llego a la puerta principal un silencio inunda la casa, dejo las llaves en el recibidor y entro en la cocina. Me apoyo en la encimara y dejo que mis sentimientos salgan de una vez por todas. No sé cuánto tiempo paso llorando hasta que un dolor en la cabeza aparece.

Ninguna de las dos quiere cenar, lo cierro todo y subo a mi cuarto. Paso por al lado del suyo y escucho como llora. Abro la puerta, la levanto y me la llevo a mi cuarto. La estiro, me cambio y me reúno con ella.

- Tranquila -le susurro para que se calme- tranquila-.

Cuesta y bastante hacer que Kate se calme pero lo consigo, poco a poco va dejando de llorar y cerrando los ojos. Le acaricio el pelo, tumbada a su lado empiezo a cerrar mis ojos hasta quedarme profundamente dormida.

......

Han pasado dos días y parece que todos vamos llevándolo un poco mejor. Su ausencia aún es muy notable, pero hablamos muchísimo por WhatsApp.

Hoy vamos a comer en casa de los Oviedo ya que sus padres no están por viajes de trabajo igual que los nuestros. Cojo las llaves del coche y abro la puerta principal, pero sin llegar a salir.

- KATE, ¿BAJA O QUÉ? -chillo esperando- NO TENEMOS TODO EL DÍA-.

- Mira que eres impaciente eh -dice bajando las escaleras-.

Esta muy guapa y cada vez que va pasando el tiempo lo va siendo mucho más. Poco después entramos en el coche y conduzco hasta su casa. Allí picamos a la puerta, nadie abre así que volvemos a picar.

- Lo siento, estaba en la ducha -dice Jesús con solo los vaqueros puestos y el torso desnudo- Pasar chicas-.

Las dos entramos y a Kate se le cae la baba al verlo así.

- Gracias -digo dejando mis cosas en el salón-.

El subo a terminar de prepararse y me quedo fijando en Kate.

- Se te va a caer la baba como sigas mirándolo así -digo riéndome de ella-.

- ¿Tu lo has visto? -me pregunta asombrada-.

- Si, tengo de novio a su hermano gemelo nena -digo riendo-.

- ¿A quien? -dice Daniel apareciendo por las escaleras con sus muletas- y yo soy mejor que mi hermano-.

Acto seguido nos besamos, solo han pasado dos días y parece que no nos hayamos visto desde hace dos semanas.

- Te lo tienes muy creído, ¿no? -le pregunta Kate desafiándolo-.

- Puede pero -dice mirando las escaleras y después a Kate- no soy yo quien babea por él-.

- Idiota -dice Kate poniéndose roja- ¿cómo has sabido eso?-.

- Kate las paredes hablan -dice mirándola- Bueno y que bajando las escaleras con esto hay que tomarse su tiempo-.

Me rio por su reacción. Poco después aparece Jesús y empezamos a sentarnos en la mesa mientras llevamos los platos de comida. Han hecho paella, y he de decir que no había comido una tan buena como está.

- Chicos os ha quedado espectacular -digo impresionada- Está muy buena-.

- Gracias, he de decir que el mérito ha sido todo mío, Dani solo ha puesto el arroz -dice dándole un codazo-.

Todos nos reímos por su comentario y seguimos comiendo, repito una vez y Kate repite dos. Cuando terminamos de comer recogemos los platos y los ponemos en el lavavajillas, mientras terminamos de dejarlo todo en orden recibo un mensaje de WhatsApp.

Tan solo mirarlo me quedo quieta. Kate se da cuenta y se me acerca.

- Ey, ¿qué pasa? -dice mirándome-.

- Mira esto -digo enseñándole el móvil-.

Coge el móvil y se lo queda mirando.

- Hay que joderse -dice riéndose-.

- Lo sé, pero no sé lo digas a Daniel -digo guardando el móvil- se pondría hecho una furia-.

- Vale -dice riéndose-.

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Continuará...😅

SOLO ÉL PODRÁ ACABAR CONMIGO. [Daniel Oviedo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora