CAPITULO 77

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- Tuviste un accidente con la moto, un coche apareció y te golpeó. Caíste y tienes varios huesos rotos y contusiones. -dice Elena con lágrimas en la cara-.

Paso mi mano por su mejilla para coger su lagrima y luego sonreír le.

- Eh nena, ahora estoy bien -le digo riendo- ahora estoy contigo-.

- Si te hubiese llegado a pasar algo más -dice antes de que le corte-.

- Pero no ha pasado nada más -digo acercándome a ella- no pienses en nada más-.

Me acerco a ella, y junto sus labios con los míos. Una electricidad invade mi cuerpo al sentir su tacto en mi piel. Es como si fuese una droga para mi, algo imposible de dejar. Noto como mi cuerpo se queja de algunos movimientos pero lo ignoro, la necesito tanto que puedo aguantar el dolor que llevo en mi. De pronto la puerta de la habitación se abre, nos apartamos y dirijo la mirada hacia la puerta. Allí veo a mis padres con mi hermano y Kat, rápidamente vienen hacia mi y me abrazan uno por uno, Elena sale fuera de la habitación para dejarnos tiempo.

- Hermano ven aquí -digo abriendo mis brazos como puedo-.

- Te he echado de menos idiota -me dice Jesús abrazándome-.

- Y yo a ti -digo abrazándolo más fuerte aún-.

Saludo a mis padres, mamá no para de llorar y de tocarme el pelo mientras que papá me hace reír bastante. Media hora después entra el doctor para informarnos de las pruebas realizadas.

- Bueno Daniel Oviedo, a tenido usted mucha suerte -dice mirando las hojas recién impresas- necesitará bastante rehabilitación si quiere volver a estar al cien por cien, poco a poco todo volverá a colocarse en su sitio correspondiente -dice mirándome-.

Poco después el doctor se lleva a papá y mamá fuera de la habitación para firmar y hablar de algunos tramites. La puerta vuelve a abrirse y veo a Kat con los ojos llorosos.

- Eres un gilipollas Oviedo -dice abrazándome-.

- Muchas gracias -digo riéndome-.

- No vuelvas a hacernos esto nunca más -me dice mirándome bastante sería- ¿te ha quedado claro?-.

- Si -digo mirándola- ¿Dónde está Elena?-.

- Está fuera, me ha dicho que entre yo primera porque necesita volver a respirar de nuevo -me dice Kat mirando al pasillo-.

- Odio hacerle este daño -digo bajando la cabeza-.

- EH no ha sido culpa tuya y menos aún le has hecho daño a Elena -me dice Jesús posando su brazo en mi hombro- piensa que cuando ella estuvo aquí durante semanas tu estuviese igual, ha de pasarlo porque ha sido un gran susto para todos -acaba diciéndome-.

Al cabo de una hora todos se van, por la ventana veo como el atardecer invade la habitación blanca y fría. Intento moverme pero tengo el cuerpo destrozado, las enfermeras vienen para mirar que todos los controles estén bien y para traerme una cena asquerosa que acabo comiéndome a duras penas, cojo el mano de la televisión y la enciendo, allí veo las noticias del mundo pero la paro al ver que solo sale todo lo malo que pasa en el mundo.

Cierro los ojos, me recuesto en la cama y respiro hondo. Rápidamente entro en un sueño, en él estoy con Elena sentados en un banco. El cielo está azul y sin ningún rastro de nubes, la miro mientras ella me habla y ríe. Todo es perfecto, hay paz y harmonía así que no podría pedir nada más.

De pronto Elena se levanta del banco, su rostro a cambiado. Ya no sonríe, ya no habla. En su lugar hay lágrimas y miedo, me levanto y corro hasta ella pero poco a poco, mientras ella corre su cuerpo va desapareciendo en mis ojos.

Miro al rededor mío, estoy solo en un parque y está lloviendo. Me giro para buscarla pero no está.

- ELENA -chillo desesperado- ¿DÓNDE ESTÁS?-.

Estoy empapado y llorando, caigo de rodillas al suelo llevando mis manos hasta mi pelo mojado.

Me despierto incorporándome muy deprisa, dejando de lado el dolor. Me toco la frente y veo que estoy sudando, es de noche y solo entra La Luz del pasillo del hospital así que llego a una conclusión.

- Solo ha sido una pesadilla -digo al aire-.

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Continuará...❤️

SOLO ÉL PODRÁ ACABAR CONMIGO. [Daniel Oviedo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora