El móvil empieza a sonar, intento cogerlo pero no hay manera. Alguien me lo impide, abro los ojos poco a poco y veo, casi todo, el cuerpo de Daniel encima mio. Una pequeña sonrisa sale en mi rostro. Aparto poco a poco su cuerpo corpulento y estiro el brazo. Justo antes de que pueda cogerlo me vuelven a llamaR. En la pantalla me sale mi madre. Voy al armario, cojo unos pantalones chándal negros, me los pongo y salgo de la habitación. En el pasillo cojo la llamada. Mi madre está muy cabreada porque me haya ido a la madrugada y con su coche sin permiso y sin avisar. me cae la bronca del siglo. No me castiga, nunca lo ha hecho ni con Kate ni con migo.
Entiendo su enfado y le pido mil disculpas. Cuando cuelga, de mala manera, se qué no será fácil quitarle el enfado. Bajo al salón, la cara de Jesús es un poema y sé que tengo que darle una explicación.
- Elena, ¿qué haces aquí? -me pregunta Jesús sentándose en la isla-.
Me siento a su lado.
- Fue tu hermano, me pidió que me quedase bueno, más bien me lo suplicó, y no pude hacer nada-le explico un poco avergonzada-.
Me mira y se ríe. La situación se a vuelto rara, pensaba que se cabrearía pero al parecer le hace mucha gracia a lo que yo me uno.
- ¿Te tiene perdida verdad?-me pregunta mordiendo un bocado de su bocata-.
- Si, es raro -digo suspirando-.
- Mira Elena él te necesita y creo que tu también a él. Puede ser cabezón e insoportable pero es la mejor persona que podrás encontrar. -me dice mordiendo otro trozo del bocata- ¿quieres?-dice ofreciéndome lo-.
- Prefiero cereales -digo riéndome y levantándome a por un bol y cereales-.
- Todos tuyos -dice él-.
Poco después Jesús sube a su habitación porque ha de ir a hacer algo del un trabajo para clase, cuando sale por la puerta minutos después aparece Daniel en la cocina. Se acerca hasta sentarse en uno de los taburetes.
- Sabes, te queda muy bien mi ropa -me dice guiñándome el ojo cuando me giro por su comentario-.
- Estabas mejor durmiendo -digo tirando le algo de agua-.
Está sin camiseta y con cara de dormido, osea irresistible. Me acerco a él hasta quedarme de frente, me coge de la camiseta haciendo que quedemos completamente cerca y nos besamos. Sus manos pasan de mi cintura a mi culo, y las mías de su cuelo hasta sus cabellos. Gruñe y yo gimo cuando coge mi culo y me lo aprieta. La tensión sexual que hay entre él y yo es muy grande pero no es el momento. Me separo de él mientras le doy pequeños besos.
- ¿Qué somos? -me pregunta-.
- ¿Qué quieres que seamos? -le pregunto sin soltarle-.
- Quiero ser -dice pensando en las palabras- el chico que se te pase por la cabeza cada vez que piense en alguien. Quiero ser quien te de besos cuando estés mal, quiero ser la persona que te haga feliz todos los días, quiero ser yo quien te haga reír, quien te haga enfadarte, quien haga que te estremezcas al sentir mis dedos rozar todas las partes de tu piel, quien te ame como nadie nunca te haya podido amar. Elena no puedo prometerte una relación como la de Jesús y Kat, no puedo prometer que no tendremos peleas ni enfados, pero puedo prometerte una historia tan intensa como la de Romeo y Julieta -dice sin quitar los ojos de los míos- porque yo por ti muero Elena Estepa.
Sus palabras me llenan el corazón y mi estómago, me emociona tanto que algunas lágrimas salen en mi rostro. Me las quito inmediatamente porque me da vergüenza. Tan bonito lo que me ha dicho que me he quedado sin palabras. Solo puedo volver a besarle, sin más.
- Estoy completamente enamorada de ti Oviedo -es lo único que sale de mis labios-.
Sé que será una relación difícil, como ninguna otra, pero por amor se hace todo y más. Daniel sigue ocultándome cosas que espero que pronto me las cuente, como por ejemplo la llamada de Carlos y la pelea de esta noche. Pero tiempo al tiempo.
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Continuará...👫
¿Que os está pareciendo?❤️
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SOLO ÉL PODRÁ ACABAR CONMIGO. [Daniel Oviedo]
RomanceElena una chica con carácter, alocada y deportista se verá llena de cambios en su vida, de gente gilipollas, de lugares y sobre todo el amor. Daniel Oviedo cambiará su vida por completo, traerá violencia, dolor, cabreos y enfados, pero traerá amor...