CAPITULO 31

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En la carretera hay muy pocos coches, y todos van a diez por hora. Me pongo en mi carril, en el semáforo enciendo la calefacción, el móvil empieza a vibrar por quinta vez, así que lo cojo y lo pongo en manos libres.

- ¿Hola? -pregunto sin haber visto el nombre antes-.

- Elena soy Kat ¿Donde estás? Hemos ido a tu casa porque era la más cercana de donde estábamos y tú madre nos ha dicho que aún no habías vuelto- dice Kat nerviosa- está cayendo una buena nevada e irá a más dentro de poco-.

El semáforo se pone en verde, aceleró poco a poco.

- Kat estoy bien tranquila, solo me he despistado diez minutos- digo para tranquilizarla- Ya estoy de camino.

- Es peligroso que vayas en coche con toda la nieve Elena, viniendo a tu casa nos ha costado muchísimo y para ir a la de Jesús aún más-. Me explica-.

- Vale Kat dile a Jesús o con quien estes que en diez minutos estaré en mi casa -le digo-.

Terminamos de hablar, cuelga y sigo conduciendo poco a poco. La nieve va cayendo más y más en el cristal, por ahora los parabrisas aguantarán pero llegará un momento que será demasiado peso. De lejos veo unas luces, conduzco hasta allí pero solo era un cartel de publicidad. De la nada mi coche se cala.

- No..no,no -digo en voz alta- esto a mí no.

Los nervios comienzan a apoderarse de mi. Intento encender el coche pero no responde. Cinco minutos después lo vuelvo a intentar pero se cala otra vez. El aire caliente ha dejado de ir porque el coche no está encendido, siento como el frío aparece en el interior del coche. Pongo la radio pero nada se escucha.

Cojo el móvil, llamo a Kat y no lo cojo, llamo a Jesús y tampoco, a mis padres y me salta directamente el contestador. Al menos sé que Kate está en casa de una amiga a salvo de este frío. Bajo la lista de contactos hasta llegar al nombre de Daniel Oviedo. Me lo quedo mirando durante un minutos.

- ¿Debería llamarlo o no? -me pregunto en voz alta-.

Le doy al número, el móvil empieza a comunicar. Dos minutos después nadie lo coge. Cuelgo y me dejo caer en el respaldo del asiento. Miro hacia atrás y veo que hay una manta, la cojo, me la pongo por encima de las piernas y estas cómo un indio encima del asiento.

Cuando menos lo espero el móvil empieza a vibrar. Le doy la vuelta y veo que pone Daniel Oviedo. Por mi estupidez le doy a colgar, si soy tonta. Pero al minuto vuelve a llamarme, y no me queda otra que cogerlo.

- ¿Si? -digo empezando a temblar por el frio-.

- ¿Elena? Me has llamado -me dice con voz ronca-.

Al escuchar su voz me paralizo, hacia días que no la escuchaba y al hacerlo ahora unas lágrimas rodean mis mejillas.

- ¿Ha pasado algo Elena? -me pregunta en tono firme-.

- No..bueno si, estoy tirada en la carretera envuelta de nieve por todas partes, sin aire caliente. -digo conteniendo las lagrimas- He intentado llamar a los demás pero nadie me lo coge y no se que hacer-. Acabo diciéndole-.

- ¿Porqué estás en la carretera? -me pregunta-.

- He salido más tarde de clase por unos apuntes y me a pillado en el aparcamiento del instituto-.

Solo un momento de silencio y empieza a hablar.

- Vale tranquila, dime dónde estás y en cinco minutos estoy allí-me dice él-.

- Estoy en frente de la cafetería Cardona -le respondo- pero está cerrada-.

- No salgas en ningún momento del coche, ¿entendido? -me dice con su tono firme-.

- Vale - digo antes de colgar-.

Mi corazón va a mil por hora, pero ¿qué opción tenía?, solo quedaba él. Me tapo entera con la manta. Cierro los ojos, y mi cuerpo va entrando en calor poco a poco.

Al abrirlos veo como el cristal de a congelado entero y que las ventanillas van poco a poco. Por el retrovisor de dentro veo unas luces que aparcan detrás de mi.

Daniel, con un anorak negro, aparece en mi campo de visión.

Llega hasta mi ventana.

- Elena has de abrir la puerta por dentro -me dice Daniel desde el otro lado-.

Cojo todo lo que necesito, abro la puerta con ayuda de Daniel por la otro lado. Salgo, el aire me da de cara haciendo que retroceda unos pasos para atrás.

Al llegar Daniel a mi lado intenta taparme lo máximo posible para que no tenga frío.
Entramos dentro de su coche y el aire caliente se estampa en mi cuerpo. Con rapidez me tapo con la misma manta que llevaba en el otro coche.

Daniel entra en el coche y lo primero que hace es tocarme la cabeza.

- Estás helada Elena -me explica-.

- Lo sé -le respondo- llévame a casa por favor-.

Todo mi cuerpo tiembla, un cincuenta por ciento es por el frío y el otro cincuenta es por la presencia de Daniel.

- Tu casa está demasiado lejos para ir ahora, te llevaré a la mía -dice arrancando el coche-.

Se saca su chaqueta y me la extiende por el cuerpo. Su olor me invade mis fosas nasales haciendo que una pequeña sonrisa salga en mi rostro, no tardo mucho en calentarme gracias al chaquetón.

En algún momento del viaje siento que el coche se para, que un cuerpo me coge en volandas y me saca del coche. Estoy tan cansada que no hago ni el esfuerzo de abrir los ojos.

- Duerme pequeña -.

Eso es lo último que escucho antes de caer rotundamente dormida.

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Continuará....💋

SOLO ÉL PODRÁ ACABAR CONMIGO. [Daniel Oviedo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora