CAPITULO 42

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Las primeras horas pasan muy rápidas. En el patio nos juntamos los cuatro en el banco de siempre, de lejos veo a Kate que me saluda con la mano a lo que yo hago el mismo gesto.

- ¿Qué haréis estas navidades chicos? -les pregunta Kat-.

- Bueno en principio nos vamos a Sevilla durante dos semanas para estar con nuesta família -nos explica Jesús- ¿vosotras?-.

- Yo no salgo de Madrid, viene la familia a comer y cenar en mi casa -contesto a su pregunta-.

Daniel está sentado en cima del banco, y yo abajo así que estoy en medio de sus piernas. Extiene la mano hasta mis hombros y empieza a masajearlos.

- Yo igual que Elena, aburrida en casa -nos dice Kat comiendo su bocadillo-.

De lejos veo como Carlos nos mira a los cuatro, hace un gesto con la cabeza a Daniel haciendo que ponga su cuerpo tenso. Se levanta del banco y nos mira.

- Ahora vuelvo, ¿vale? he de arreglar unos asuntos -nos explica-.

Se gira para caminar hacia él, me levanto y lo cojo del brazo. Se gira y me mira.

- Nena tú no puedes venir -dice dandome un beso en la frente-.

- Daniel no lo hagas, que se pudra en el infierno pero no vayas. A todos nos da mala espina -le explico seriamente-.

Me mira, mira a su hermano, a Kat y luego vuelve a mirarme.

- He de hacerlo Elena, no te preocupes, enserio -dice acariciandome la mejilla-.

Da media vuelta y llega hasta donde está Carlos. Segundos después desaparecen los dos de mi vista. Vuelvo donde estaba sentada antes junto a Kat y Jesús.

- Elena ya es grande para saber lo que ha de hacer y lo que no -me explica Jesús-.

Kat me abraza para después seguir comiendo su bocata.

- No eres la niñera de nadie -dice Kat-.

- ¿En qué se habrá metido para que Carlos lo llame tanto? -pregunto en voz alta-.

Nadie contesta, sé que Jesús está preocupado por su hermano gemelo, no toca cada vez que el nombre de Carlos aparece en la conversación. Hago el intento de quitarmelo de la cabeza durante el resto del día, y funciona hasta que en el pasillo aparece Carlos viniendo hasta mi.

- Elena Estepa, el caramelo de mi gran amigo Oviedo -dice posando su mano en mi mejilla-.

De un movimiento se la quito de encima mío junto con una mirada de asco y repulsión.

- ¿Qué coño quieres Carlos? -le pregunto fría y seria-.

- Vaya es verdad lo que dicen de ti, tiene agallas -comenta a sus amigos que lleva en la espalda como lapas- bueno necesitaba conocerte en persona la verdad- me dice acercandose un poco más-.

Doy un paso hacia atrás hasta chocar con las taquillas. Se acerca tanto que mis oídos escuchan a la perfección su respiración.

- Ten cuidado en estas fiestas Elena -dice flojo en mi oído-.

La respiración se me corta, este tío me pone de los nervios cada vez que se acerca a mi o a Daniel. Se separa de mi, y sigue caminando por el pasillo mientras la gente se me queda mirando. Me aclaro la voz, camino hasta el baño y cierro la puerta detrás de mi.

Me hecho agua en la cara para refescármela, me miro al espejo y veo que alguien abre la puerta del servicio.

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Continuará...😰

SOLO ÉL PODRÁ ACABAR CONMIGO. [Daniel Oviedo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora