No ha sido nada complicado, en ese tiempo, acostumbrarse a dormir gracias a las cosquillitas del gallego en la espalda ni despertarse cubierta de besos. Y no le avergüenza reconocerse a sí misma, mientras espera que el ascensor la lleve a la planta deseada, que esta noche lo ha añorado tanto como su cuerpo el tacto de las básicas a modo de pijama.
Eso, el gusto amargo que se le quedó la tarde anterior cuando Lucía no quiso despedirse de ella, los nervios que aún le suscita la tensa interacción con sus suegros y, sobre todo, la inminente operación, se reflejan a la perfección en las profundas ojeras que carga en el rostro y que ni con diez kilos de corrector ha sido capaz de camuflar. Las puertas del ascensor se abren y el olor a café recién preparado se instaura en sus fosas nasales hasta que estas se pegan al cuello del gallego, cuando él la recibe con los brazos abiertos, inundándose con ese aroma que, cada vez más, empieza a identificar como hogar.
—Me parece a mí, viendo esos ojitos, que no va a haber suficiente café para los dos... —comenta él, con una expresión similar a la de Aitana, acunando la mejilla de la chica entre sus manos— Pasa, estamos solos y la peque aún duerme.
—¿Y tus padres?
—Llevan desde las seis dando vueltas por casa y no sé si estaba yo más nervioso o ellos, se han ido a dar una vuelta y creo que a comprar para llenar la nevera... —explica sirviendo el líquido en la taza que la chica suele usar cada mañana antes de irse a trabajar— Por cierto ¿sabes qué pasó anoche? Cuando estábamos a punto de dormir, ya acostados en la cama, Lucía se puso a llorar otra vez preocupadísima por si te habrías enfadado por no haberte dado un beso al marcharte y me preguntó como diez veces si, aun así, vendrías por la mañana.
—Ay, mi pequeñita...—murmura enternecida observándole sentada en la mesa— ¿Y qué le dijiste?
—Pues que estaba muy mal enfadarse así con la gente sin intentar entender las razones por las que hacen las cosas pero que no tenía duda de que vendrías a acompañarnos.
—Ojalá pudiera quedarme toda la mañana con vosotros... —se lamenta poniendo un mohín que Luis se apresura a besar— Es que estamos hasta arriba de trabajo, intentaré salir lo más pronto que pueda.
—Tranquila —niega sentándose a su lado—, vais a contrarreloj para cerrar en verano, es normal.
Disfrutan de ese ratito de calma antes de la tempestad que les aguarda. Aunque por el momento parezca tranquilo, Aitana sabe que Luis está consumido por los nervios. Su pequeña está a punto de entrar en quirófano para enfrentarse a una operación que puede cambiar su vida. Que puede cambiar sus vidas.
—¿Despertamos al bichito? —propone el gallego mirando el reloj de la cocina— Entre que se espabila y la duchamos tardaremos un ratito y en hora y media hay que estar en el hospital para el ingreso.
—Vamos, que ya tengo ganas de recuperar esos besos que me debe.
Caminan abrazados hasta la puerta de la habitación de la pequeña, y entran en ella observando ensimismados cómo duerme abrazada a Bola. Mientras Luis sube la persiana para dejar que entre algo de luz al cuarto, Aitana se sienta al borde de la cama y comienza a acariciar la cabeza de Lucía para despertarla.
—Buenos días —signa la catalana en cuanto Lucía abre por primera vez los ojos, cerrándolos tan rápido como los vuelve a abrir cuando se da cuenta de la presencia de la chica en su habitación.
—¡Aitana! —saluda tirándose sobre ella como si no acabase de despertar— Papá tenía razón porque es súper listo y sabía que ibas a venir.
—Es que papá siempre tiene la razón —puntualiza el gallego reclamando su abrazo de buenos dias. Aitana sonríe poniendo los ojos en blanco y asegurando, únicamente en voz, que quizás ahí se ha pasado de la raya— ¿Qué hablamos tú y yo ayer, pequeñaja?¿Qué hay que hacer? —le recuerda permitiéndole volver a los brazos de la chica.
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Inefable.
FanfictionAitana se haya en una lucha interna entre algodones para ser alguien siendolo ya todo. Ansía menos de lo que tiene pero pudiendo lograrlo por sus propias manos. Lo mires por donde lo mires la vida de Luis no se torna nada fácil. Su historia es, prec...