Hace apenas diez minutos, una niña de no más de dos años se ha acercado a ellos desde el otro lado de la sala embobada con el peluche que Lucía carga con ella. Aunque, en un principio, la pequeña se ha mostrado reticente a interactuar con ella, cuando ha descubierto, gracias al saludo signado de Luis, que esa niña también se comunicaba con lengua de signos, se han hecho amigas rápidamente.
—Este es Bola —aseguró Lucía sentada en el suelo justo delante de su padre y Aitana.
—Monito —signó de vuelta la más pequeña aplaudiendo entre risas.
La madre de la pequeña se acercó para saludar a la pareja, mirando sonriente cómo las niñas jugaban y reían.
—Llevo dos años metida en esto y aún me sorprendo con que Julia tenga con quien hablar sin mi ayuda —comentó la mujer cruzándose de brazos—. Claro, que aquí además es mucho más obvio, pero no sé.
—Bueno, no sólo aquí —aseguró Luis sonriendo—. Lucía ha hecho amigos en el parque aunque ellos no sepan signar. Han encontrado su manera de comunicarse. Los niños son una caja de sorpresas, y cuando les das un poquito de cancha —apreció mirando a Aitana y poniendo una mano en su rodilla— suceden cosas maravillosas.
—Sí, supongo que es cuestión de tiempo y de poder perder el miedo —suspiró ella observándolos con atención—. Al final todo es aprender, cuando te lo dicen se te cae el mundo, no sabes hacia dónde tirar... Y mirad ahora, he estado media hora metida en el coche hasta coger valor para entrar.
—¿Es su primera consulta? —intervino Aitana mirando a la pequeña Julia.
—Venimos a... A por los resultados de la compatibilidad del implante.
—A Lucía se lo colocan hoy —explicó Luis mostrando sus nervios—. Recuerdo el día que nos dieron los resultados, es complicado pasar por este proceso, pero al final haces lo que sea por ellas —confesó mirando a las niñas con una sonrisa.
—¡Aitana! ¿A que el Dumbo de mi pared es súper mágico porque cuida a todos los juguetes por la noche?
—Claro, mi amor —confirmó la chica acercándose a ella y sentándose en el suelo a su lado—. Lucía tiene un Dumbo enorme en su habitación, ¿a ti te gusta Dumbo, Julia?
—¿Mamá? —preguntó la pequeña acudiendo a la ayuda de la mujer que ha tomado asiento, con el sitio de Aitana de por medio, con ellos— ¿Qué es Dumbo?
—Es un elefantito volador, cariño. Cuando volvamos a casa buscaremos la peli, ¿vale?
—Está interpretada en lengua de signos —informó Luís sacando una sonrisa a la mujer por la grata sorpresa—, creo que a Aitana le costó un poco encontrarla pero está por internet.
La puerta de una de las consultas se abrió interrumpiendo la charla. Una doctora pronunció el nombre de Julia y las niñas tuvieron que despedirse y dejar los juegos para otro momento.
Desde entonces se han vuelto a quedar solos esperando, y los nervios de Lucía, y también de los adultos, han ido en aumento. La pequeña ha vuelto a los brazos de su padre, con la cabeza recostada en su pecho, y compartiendo leves sonrisas con la catalana que juega con un rizo de su pelo para entretenerla.
Ambos saben que la consulta no puede demorarse más de un cuarto de hora pues es, como máximo, el tiempo que ellos estuvieron en aquella ocasión. La puerta vuelve a abrirse incluso antes de lo esperado y la chica, que Luís y Aitana no habían llegado a apreciar lo joven que es hasta que la han vuelto a ver, sale abrazada a su hija con las mejillas cubiertas de lágrimas.
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Inefable.
FanfictionAitana se haya en una lucha interna entre algodones para ser alguien siendolo ya todo. Ansía menos de lo que tiene pero pudiendo lograrlo por sus propias manos. Lo mires por donde lo mires la vida de Luis no se torna nada fácil. Su historia es, prec...