Robert Van Helmont es uno de los solteros más codiciados de Sourmun, pero el joven príncipe y heredero no muestra señales de interés por ninguna joven en particular. Todos saben por qué, desde que perdió a su novia y mejor amiga, Rob no ha vuelto a...
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—Bien, sigamos —declaró Lexi—. ¿Qué otro candidato ofrecen, chicas?
—¡Oh, ya lo tengo! —Exclamó Amy—. Yo sé que es un poco mayor, pero es tremendamente guapo y siempre se ha portado muy bien conmigo cuando hemos coincidido en las fiestas de la familia. Duncan Ballas.
—¡No! —Gritaron varias de ellas al mismo tiempo, despertando la curiosidad de Adelaine de inmediato. Por el apellido, tenía que ser algo de Nina, pero no creía haberlo conocido hasta el momento.
Amy se encogió. —¿Por qué no? —Preguntó a la defensiva.
—Porque tiene novia —explicó Dina con un movimiento de la mano, restándole importancia. Pero esa no era la verdadera respuesta a la pregunta y todas lo sabían, había algo allí de lo que ella, y al parecer Amy, no estaban enteradas, que había hecho que las demás reaccionaran como lo habían hecho. Incluso Char, que pretendía no estar prestando atención a la conversación la mayor parte del tiempo.
—Está bien, ¿y qué hay de Eric? —Continuó la hermana de Max—. Es encantador.
Carol soltó una risa. —Lo es, ¿qué piensas de él, Ada?
—No lo sé, solo lo vi una vez —musitó ella con honestidad. Recordaba que había pensado que era guapo, que tenía unos ojos bonitos, pero hasta ahí llegaban sus recuerdos de la única vez que se había encontrado con él en la cena de bienvenida de Nolan.
—Eso puede arreglarse. Seguro que Charlie puede arreglar que tengan una cita —apuntó Lexi—. Dibujaré un corazón junto a su nombre para marcarlo como una opción válida.
—No creo que Eric sea una buena opción para Adelaine —intervino Charlotte—. No está listo para una relación seria y solo la haría perder el tiempo.
—Opino de la misma forma —agregó Amber—. Y si Charlie lo dice, deberíamos creerlo. Es su mejor amiga.
Lexi puso los ojos en blanco. —Qué aburridas y anti románticas son las dos. Los hombres nunca están listos para sentar cabeza hasta que conocen a la mujer adecuada. No te preocupes Ada, yo me ocuparé de organizarlo todo.
Ah, no es que Ada se hubiese preocupado en absoluto. Le sonrió porque no sabía qué decir, estaba comenzando a ver que Alexandra no era de las que aceptaban que las corrigieran o intentaran imponerle una idea diferente a la que ella tenía.
—¿Qué hay de Walden? —Ofreció Geraldine alzando las cejas y miró a Adelaine—. Es nuestro amigo desde hace años, es abogado y trabaja en un buffet muy importante en la ciudad. Es guapísimo, divertido, muy inteligente y está soltero.
—Y todo el dinero que tiene lo ha logrado por sus propios medios —agregó Caroline—. Gran idea, Dina.
Las demás asintieron en concordancia y todas terminaron mirando a Charlotte para conocer su opinión.