Lady Christina de Souza

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El planeta de los muertos (parte 2)

-Allá vamos-dijo Barclay trayendo junto a Nathan unos cojines fuera del autobús.

-Estos son mis chicos-sonrió el Señor del Tiempo.-Pondremos una superficie entre el bus y el agujero, como un sendero, e iremos marcha atrás a través de el.

-Vaciad un poco de aire de los neumáticos, solo un poco-ordenó Christine.-Reparte mejor el peso del autobús, dando más agarre.

-Esa es buena-comentó Katherine.

-Vacaciones en el Kalahari-respondió alegre.

-Sí, pero esas ruedas están enterradas-señalo Barclay.

-Pues empieza a cavar-habló la humana.

-¿Con qué?

-Con esto-dijo sacando una pala de su mochila.

El Doctor la cogió, extendiendola antes de entregársela al hombre.

-¿Tienes algo más ahí?-quiso saber el Señor del Tiempo.

Christine se agachó y cogió una pequeña hacha.

-Prueba con esto, puede ayudarte con los asientos-dijo entregándola a Nathan.

-Gracias.

-Tiene más cosas que yo en mis bolsillos-murmuró Katherine.

-No encuentro las llaves-avisó Ángela desde el interior del vehículo.

-Los buses no tienen llaves-explicó el Doctor acercándose a la puerta.-Hay un interruptor maestro, un botón para arrancar y el otro para parar, ¿sí?

-Está bien, espera, oh, lo tengo-dijo pulsando el botón.-Allá vamos, agarraos fuerte.

El autobús se movió, pero luego se detuvo abruptamente.

-Oh, eso no suena muy bien-comentó el Doctor.

-Miremos el motor-dijo Katherine acercándose a la parte trasera.

La levantaron, notando que había mucho humo.

-No importa perder parte de la cubierta superior. ¿Sabéis lo que es peor?-cuestionó el hombre pasando la mano por el motor.-La arena. Pequeños granos de arena. El motor está atascado.

-¿Alguien sabe de mecánica?-quiso saber Christine acercándose a Nathan y Barclay, que estaban colocando los cojines. Este último fue el que respondió.

-Yo. Hice dos semanas de un curso en un taller. No lo acabé, pero-

-Pues venga-animó el Doctor,-intenta desmontar el filtro de aire, lo más rápido que puedas. Volveremos en dos segundos-dijo golpeando sus manos, quitándose la arena.

-Esperad un momento-habló Christine siguiendo a la pareja.-Sois los únicos con respuestas para todo. No voy a perderos de vista.

Los tres subieron a una duna para ver algo.

-Sería más fácil si dejaras esa mochila-dijo el Doctor.

-Donde yo voy, ella va.

-Una mochila con una pala y un hacha-recordó Katherine.-Christina, la que va tan lejos, y aún así se asusta con el sonido de una sirena, ¿quién eres?

¡Allons-y mi querida Katherine! (10° Doctor y Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora