Perdón

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Las aguas de Marte (parte 4)

Katherine tiró de la cadena, levantándose con cuidado, lentamente. Se lavó la cara en el fregadero antes de mirarse al espejo.

Tenía los ojos rojos y el resto de las lágrimas por sus mejillas.

Cogió su cepillo de dientes, echando la pasta antes de cepillarse. De repente la ducha se abrió y el agua empezó a salir de ella.

Katherine lo ignoró escupiendo la pasta en el fregadero antes de enjuagarse la boca. Fue a salir del baño, pero la puerta estaba cerrada y no parecía que iba a moverse.

Suspiró apoyando la frente en la puerta.

-¿De verdad?¿Qué tengo, 4 años?-preguntó a la nave, que respondió con un zumbido algo enfadado.

Bueno, para la nave ella era una niña pequeña. Así que, como no quería quedarse a dormir allí, se quitó la ropa y se dio una ducha, tomando su tiempo para lavarse.

Pudo salir del baño y ponerse el pijama. Cuando se tumbó en la cama, con todo lo que había pasado aquel día y tras relajarse con la ducha, se durmió al instante.

X

El Doctor caminaba de un lado al otro en la sala de consolas. ¿Qué había hecho? Lo había arruinado todo, ¡todo!

Katherine era la persona que lo había ayudado en sus peores momentos, en aquellos que parecía que no había salida, lo había ayudado con su pasado, con la Gran Guerra del Tiempo. ¡Y así se lo pagaba!

La había enseñado que no podían cambiar un punto fijo, ella se lo estaba repitiendo una y otra vez, pidiendo que se fueran. Pero él no la hizo caso.

Casi destruyen la historia de la especie humana, causaron que una persona se suicidara.

No se sorprendería que lo dejara.

El Doctor se detuvo.

Si Katherine se iba...no sabría que hacer, no sabría cómo seguir hacia delante.

Sus piernas cedieron, y cayó arrodillado al suelo, lágrimas cayendo por sus ojos.

Ella lo abandonaría, nadie se quedaría con él tras hacer aquello. Era un monstruo. El destructor de mundos. El asesino de la especie Dalek y de Señores del Tiempo por igual.

Un sollozo salió de su boca.

X

Katherine se sintió más tranquila cuando despertó. Era la primera vez desde que era una Dama del Tiempo que dormía 8 horas seguidas. Normalmente solo necesitaba 4 cada dos días, pero tras todo lo que había sucedido, lo agradecía.

Se paralizó con la mano en el pomo, sin abrirla.

El Doctor no querría verla, no después de lo del día anterior. Tampoco era que ella sabía que decir. El tema estaba demasiado reciente.

La Tardis hizo un ruido suave, como animandola a abrir la puerta.

-Pero...¿qué haré...si le veo?-preguntó.

La nave volvió a hacer otro ruido, como si la asegurara que no iba a encontrarse con él.

Al final ella se armó de valor, y salió fuera. Caminó con los pies descalzos por los pasillos de la Tardis, mirando a todas partes por si se encontraba con el Doctor. Llegó a la cocina sin tener ningún rastro del otro Señor del Tiempo.

¡Allons-y mi querida Katherine! (10° Doctor y Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora