¡Allons-y mi querida Katherine! (10° Doctor y Oc)

Hombres cerdo

Daleks en Manhattan (parte 2)

Ya en las alcantarillas con linternas, el señor Diagoras les dio las indicaciones para encontrar el derrumbe.

-Girar a la izquierda, a media milla, siguiendo el túnel 273. El derrumbe estará delante de vosotros, no podéis no verlo.

-¿Cuándo nos darás nuestro dólar?-preguntó el joven, que descubrieron que se llamaba Frank.

-Cuando regreseis.

-¿Y si no volvemos?-quiso saber el Doctor mirando a Diagoras.

-Entonces no habrá nadie a quien pagar-respondió con simpleza, sin importarle lo que le pasara a ellos.

-No se preocupe, volveremos-casi amenazó Solomon.

-Eso espero-murmuró Martha.

Comenzaron a moverse, excepto el Doctor, que mantenía la mirada fija en el señor Diagoras.

Katherine cogió su brazo, obligandolo a caminar lentamente con el resto.

"¿Estás bien?"

"Solo estoy algo inquieto. Creo que algo muy malo está pasando, pero no puedo descubrir el qué."

"Lo solucionaremos, como siempre."

El Doctor sonrió al escuchar eso, la acercó y besó sus labios.

-Siempre ayudándome, ¿eh? No será porque te sientes culpable de conspirar con la Tardis.

-Si no fuera por mí, no estaríamos aquí solucionando esto.

-Te voy a conceder eso-habló él, siguiendo desde atrás del todo al grupo, pero caminaron al frente, junto a Solomon.

-Entonces, ¿quién es ese Diagoras?-preguntó el Doctor.

-Hace un par de meses era como otro extranjero. Ahora parece que controla la mayor parte de Manhattan.

-¿Cómo lo hizo?-quiso saber la castaña.

-Son tiempos extraños. Un hombre puede estar en la cima e ir a lo más bajo de la noche a la mañana. Supongo que para algunos debe de ser lo contrario.

-¡Whoa!-se detuvo el Señor del Tiempo al ver algo en el suelo.

Era una especie de pequeño cerebro o baba viscosa de color verde.

-¿Es radioactiva o algo?-cuestionó Martha apuntandolo con su linterna, al agacharse los tres viajeros del tiempo.-Ugh,-se tapó la boca con la mano,-se ha muerto, sea lo que sea.

El Doctor ignoró sus quejas colocándose sus gafas, luego cogió la cosa viscosa.

-Y tienes que cogerlo-murmuró también algo asqueada Katherine, al ver que lo olía, tuvo que volver a hablar.-Si lo piensas chupar te juro que no vuelvo a hablarte-amenazó.

-No iba a-

La mirada de la castaña era clara, no se lo creía.

-Está bien-refunfuño acariciando la cosa babosa.-Trae la luz aquí-pidió.-Materia de composición orgánica. Martha, ¿opinión médica?

-No es humano, eso lo sé.

-No, no lo es-aceptó.-¿Kathe?

-Es como...una forma de vida sin formar por completo...o un órgano de un extraterrestre.

Solomon y Frank los miraron extrañados.

-Buena teoría. Y os diré algo más-añadió el Doctor levantándose del suelo.-Debemos estar a más de media milla de la entrada y no he visto ningún signo de derrumbe, ¿y vosotros?-al recibir una respuesta negativa por parte de todos, volvió a hablar.-¿Entonces por qué nos enviaría el señor Diagoras aquí abajo?