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42 (parte 1)

Katherine, Martha y el Doctor estaban en la Tardis, el último estaba con su destornillador sondeando el teléfono de la pelinegra.

-Ya está, cobertura universal. No tendrás que preocuparte por la señal-dijo dándole el móvil de vuelta.

-Bromeas, esto es una locura. Entonces, ¿puedo llamar desde mi móvil a cualquiera en el tiempo y el espacio?

-Mientras sepas el código de área-comentó el Doctor tocando los controles.

-Privilegios del pasajero habitual-habló Katherine con una sonrisa.-Vamos, pruébalo.

Justo cuando iba a hacerlo, la Tardis se movió de manera brusca. El Doctor se agarró a la consola, mirando la pantalla donde mostraba el idioma de los Señores del Tiempo en un color rojo que parecía interruptor.

-Señal de socorro. Rastreando. Tal vez haya alguna...-levantó su pierna intentando tocar una palanca.-¿Te importa cariño?-preguntó a Katherine, que lo tocó por él.

-¿Qué decías?-quiso saber Martha 

-Que igual puede que haya alguna turbulencia. Lo siento-se disculpó antes de que los golpeara una turbulencia muy fuerte. Cuando se detuvo, se levantó.-Vamos Martha, Kathe, echemos un vistazo.

Fuera, estaban en una especie de sala de máquinas, donde hacía un montón de calor y humo.

Transmitiendo señal automatizada de socorro

-Hace mucho calor-murmuró extrañado el Doctor.

-Esto es como una sauna-habló Katherine detrás de él.-¿Debería de hacer este calor o no es normal?

-Sistema de ventilación funcionando a toda máquina, intentando bajar la temperatura...de dondequiera que estemos-dijo el Doctor antes de ir a la puerta que había allí.-Bueno, si no puedes aguantar el calor...-abrió la puerta llegando a la siguiente zona cuya temperatura era mucho más baja.-Esto está mejor.

-Yo me estaba asando-se quejó Katherine siguiendole.

-Los Señores del Tiempo tenemos una temperatura corporal más baja, por lo que aguantamos mejor las temperaturas altas.

-¿Por eso siempre que te beso estás frío?

-Te encanta-la sonrío el alienígena.

-¡Oye, vosotros tres!-gritaron unas personas acercándose a donde estaban.-¡Salid de ahí!

-Cerrar esa puerta-ordenó yendo a cerrarlo.

-¿Quiénes sois?¿Qué hacéis en mi nave?-preguntó la única mujer del trío, que iba en tirantes y su cabello era largo y de color rubio.

-¿Sois policías?-cuestionó uno de los hombres.

-¿Por qué seríamos policías?-preguntó el Doctor totalmente perdido.

-Detectamos vuestra señal de socorro-contó la castaña.

-Si esto es una nave, ¿por qué no oigo los motores?-cuestionó el Señor del Tiempo.

-Se detuvieron hace cuatro minutos-habló la mujer.

-Capitana,-llamó uno de su tripulación,-tal vez deberíamos dejar de hablar e ir a ingeniería.

¡Allons-y mi querida Katherine! (10° Doctor y Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora