56. Estado de shock

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Cris: -apoya su mano en mi hombro- ¿No follo de puta madre? -me mira a los ojos y yo solo puedo ver sus labios, hinchados de tanto que ha tomado. No respondo y la veo acercarse más a mi, hablando en mi oído, en un susurro- ¿No estás de acuerdo con eso? Porque si se te ha olvidado yo puedo recordártelo -y muerde mi oreja, haciendo que me sobresalte-.

Joana: -hago un movimiento leve con mi cuello para evitar que siguiera- Cris...eso lo decís porque lo dejaste con tu novia.

Cris: -mirándome- Lo digo porque quiero hacértelo desde el día en que volví a verte

Joana: Cris -sin esperarlo comienza a besarme el cuello, no me desagrada, obvio que no pero, no está bien- Para Cris, estás borracha.

Cris: ¿Y? -sus labios pasan de mi cuello a mi oído- ¿No te han dicho que los borrachos siempre dicen la verdad?

Joana: Cris, esto no está bien.

Cris: ¿Por qué? ¿Por qué tienes novia o por qué no quieres acostarte conmigo?

Joana: Cris, no sabes lo que estás diciendo. No estás bien, tenes que ir a casa -la tomo el brazo para llevarla conmigo pero se abraza a mi- Vamos a buscar a Inés -la busco con la mirada mientras Cris sigue acariciando mi nuca y dando besos en mi cara, a la vez que me dice cosas-.

Cris: ¿Sabes lo que guapa que eres? Porque yo sí...

Joana: Dios ¿Dónde se metieron?

Cris: Déjalas, yo quiero estar contigo.

Joana: -la miro, pensando- Vamos a mi casa.

Cris: Yo sabía que tú también querías.

Salimos de la discoteca mientras pido un cabify y, le mando un mensaje a Inés y otro a Eva para avisar que estamos bien.

Esperamos el auto, abrazadas, con Cris susurrando cosas; como que soy guapa, que estoy buena y muchas cosas más que no voy a repetir.

El auto llega y en menos de diez minutos llegamos a mi casa. Subimos en el ascensor porque, aunque vivo en el segundo piso, Cris no podía mantenerse tanto en pie.

Cuando llegamos a la puerta de mi piso, volvió a atacarme con besos en el cuello y caricias en mi estómago.

Pasamos y tomo sus manos para que se detenga.

Joana: Basta, Cris. Por favor, basta.

Cris: ¿Por qué? -me mira con ojos de tristeza fingida- ¿No quieres? -pasa sus brazos por mi cuello-.

Joana: Tenes que dormir.

Cris: Dime que no quieres.

Joana: No quiero, estás borracha, tengo novia y vos estas así por lo que haya pasado con la tuya.

Cris: Joana, me gusta tu nombre ¿Te lo he dicho ya? -me río y niega- ¿Puedo dormir contigo? -puedo ver en sus ojos, que se está pasando un poco el efecto y el cansancio comienza a llegar a su cuerpo- ¿Podemos abrazarnos? -me abraza y a los segundos se aleja para mirarme- Por, por -mira hacia la nada como pensando, creo que se ha olvidado lo que quería decir- Por favor -dice dormida pero con un tono de felicidad por poder decir lo que quería-.

Joana: -la miro y no sé qué decir, entonces, ella hace un puchero con sus labios- Podemos.

Y así lo hicimos. Nos cambiamos de ropa porque no estábamos vestidas muy cómodamente y, nos metimos en la cama, bajo el edredón.

Cris: -pasa sus brazos por mi estómago, apoyando su cabeza en mi pecho, haciendo que yo la abrace por los hombros y, la escucho hablar muy bajo, podría decir que estaba entre dormida y despierta- He echado de menos estar así contigo -no respondo- ¿Por qué no me quieres?

Si es contigo, mejor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora