89. Feliz Navidad II

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Miércoles 03:27 (Joana)

No hemos terminado la película pero, Martina ha querido venir a la cama porque, con el efecto de alcohol, solo podía pensar en seducirme pero, le dije que me encontraba muy cansada.

Y, en realidad, parece que ella también estaba cansada porque no ha tardado ni cinco minutos en dormirse.

Aunque, seguramente, nuestro cansancio no es el mismo.

Estoy cansada de no estar con quien quiero estar.

La observo y, es muy linda y, realmente, la quiero pero, no es ella quien hace que todo se revolucione dentro mío cuando sonríe, ni quién hace qué tiemble cuando me abraza, ni quien con un beso me lleva a un lugar en el que sólo existimos nosotras dos.

No puedo hacerle esto a Cris.

Me levanto de la cama, bruscamente, sin pensarlo demasiado.

Busco una sudadera cualquiera, me pongo el primer pantalón, el primer par de zapatillas, que encuentro y salgo de la habitación a toda velocidad. Sé que es muy tarde y que, quizá ella se haya ido a su casa, pero, ha pasado tanto tiempo desde que no estamos realmente juntas que no creo que estas tres horas que han pasado puedan evitarlo.

Han pasado más de dos años ¿Que son tres horas?

No hay mucha gente en la calle pero, si hay algún que otro grupo de jóvenes bebiendo en la calle.

Camino con mucha prisa, con mi objetivo presente en mi cabeza todo el tiempo.

El hotel no queda muy lejos de mi edificio pero, estoy odiando mucho caminar porque podría haber llegado si no fuese porque no puedo correr más rápido de lo que he empezado a correr.

Son al menos 7 manzanas y mis piernas tiemblan porque no suelo hacer ejercicio.

Mi corazón va a mil y, no sé si es por la agitación o por los nervios.

Tengo miedo.

Tengo mucho miedo de que no esté ahí.

Me lastima la idea de llegar tarde.

Miércoles 03:43 (Cris)

No estoy segura de estar durmiendo o si estoy soñando que estoy durmiendo.

Todo parece irreal y real a la vez.

La música sigue sonando y mis lágrimas siguen cayendo pero, nada además de eso parece existir para mi.

Es increíble, porque sé que sólo ella es capaz de sacarme de esta mierda en la que ella misma ha ayudado a meterme.

Cierro mis ojos e intento dormir.

Aunque supongo que lo mejor será irme a casa, no tengo fuerzas para hacerlo.

Parece que el cansancio que me ha generado llorar, hizo que me fuera al mundo de los sueños muy rápido.

No sé cuánto tiempo he estado durmiendo. Pudo haber sido un minuto, como pudo haber sido media vida pero, lo que sí sé, es que no me he despertado intencionalmente.

Mientras, me perdía en mis sueños sin sentido, siento que mi cara es acariciada.

Siento que estoy despierta pero, no quiero abrir los ojos porque sé que podrían ser sus caricias y si, en realidad estoy durmiendo, me despertaré y ya no estarán ahí.

Mi curiosidad es más grande que todo ese temor que tengo en mi cabeza y, es por eso, que los abro.

Al principio no puedo notar nada más que mi vista nublada porque parece ser que he llorado incluso dormida pero, al verla mirándome fijamente, mi corazón se vuelve loco.

Está ahí y no sé si es real. No quiero hablar porque tengo miedo de que desaparezca. No quiero moverme porque tengo miedo, de que se vaya y de que la sensación de su mano, acariciandome, ya no esté presente.

Ella sonríe y yo no sé qué hacer.

Solo sé que quiero abrazarla.

Joana: Feliz Navidad -me dice pero, sigo sin reaccionar- Lo siento por no haber venido, pensé que ya no est...-y es en ese momento en que sé que es real, por lo cual me tiro a sus brazos. Dando ese abrazo que tantos días llevaba deseando darle-.

Cris: Sabía que vendrías.

Joana: Perdón -coje mi cara y vuelve a abrazarme pero, dando muchos besos en mi frente- Lo siento, de verdad. Muchísimo.

Cris: -la abrazo aún más fuerte porque tengo miedo de que, al soltarla, se pueda alejar de mi- ¿Has mmm dudado mucho en venir y por eso has venido tan tarde?

Joana: ¿Qué? -parece ofendida- ¡No! Sabía que quería venir en el mismo segundo en el que me diste la tarjeta pero, cuando he salido de casa me he encontrado con Martina -y ahí es cuando, el abrazo, comienza a sentirse incómodo-.

Cris: Ah vale. Segunda opción. Entiendo. Has venido cuando se ha dormido -y parece que ahí es donde la pillo-.

Joana: -suspira- Si, he venido cuando se ha dormido pero, te juro que yo quería venir. No es que seas la segunda opción pero, cuando la vi ahí no supe reaccionar. He estado estas últimas 4 horas sin saber qué hacer. Quería salir corriendo y encontrarme contigo, de verdad. Tu siempre has sido mi primera opción. Desde ese día en el casting. Desde que puse mi mano en tu pecho porque, sé que te puse nerviosa desde ese momento.

Te quería sin saber que te quería y sin saber tu nombre. Que no me di cuenta pero, los nervios y la emoción que tenía ese día, no eran tanto por el casting o la posibilidad de quedar, sino, por la posibilidad de volver a ver tus ojos, de escuchar tu voz, de sentir tu corazón ir tan rápido -y como aquel día, su mano se dirige a mi pecho, dándome cuenta de que la música nunca se ha detenido y que, casualmente, al volver a reproducir las canciones, está sonando nuestra canción- justo como lo está haciendo ahora.

Cris: -miro a sus ojos y puedo ver que no soy la única con deseos de derramar más lagrimas- 

Si es contigo, mejor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora