Me he pasado el día entero queriendo hablar con Malena. La he mandado como veinte mensajes, de los cuales, quince, los vio.
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No sé qué hacer. quiero hablar con ella pero, si ella no quiere hablarme no puedo obligarla. Aunque, quizá puedo hacerme escuchar y, para eso, no tengo otra opción más que ir a su casa.
Cojo mi móvil y mi riñonera. Salgo de casa y del edificio.
A los 20 minutos, llego a su puerta y me quedo parada porque he venido a hablar con ella pero no sé cómo decirle lo que le quiero decir.
Respiro profundo, golpeo la puerta y, los pocos segundos, esta se abre. Ella me mira.
Cris: Hola.
Malena: ¿Qué haces acá?
Cris: Quería hablar contigo ¿Puedo pasar?
Malena: No. Lo que tengas que decirme, podés decírmelo desde ahí.
Cris: -suspiro- Está bien -hago una pausa- A mi no se me dan bien estas cosas pero, he venido porque tenía que decirte que para mi no eres solo una amiga. -la expresión en su rostro es completamente seria- Que te echo de menos y que si tu quieres podemos estar juntas pero, no como antes, pues...de verdad. Y nada, era eso. Piénsatelo. -doy media vuelta y salgo del edificio, camino a mi casa de nuevo-.
20:13 (Cris)
Estoy en el sofá leyendo un libro que me recomendaron cuando, el timbre de mi piso suena. Marco la página y lo dejo arriba del almohadón.
Me levanto y camino hasta la puerta. La abro y me quedo sin palabras. La miro, me mira, ella tampoco habla. Siento que me he pegado al suelo, no puedo moverme.
Veo una pequeña sonrisa en sus labios, a la vez que, se acerca a mí y toma mi cintura. La miro arrugando mis cejas y, no me da tiempo a decir nada, cuando cierra la puerta detrás de ella y me gira apoyando mi espalda en la madera.
Cris: Joana ¿Qué haces?
Joana: Vengo a darte lo que querías anoche.
Cris: ¿Has bebido?
Joana: Un poco. Si no lo hubiera hecho, no me hubiera atrevido a venir.
Cris: A ver -la alejo un poco pero no me suelta- no entiendo a qué te refieres. Te estas equivocando.
Joana: No, no me estoy equivocando -se acerca con la intención de besarme pero, como puedo salgo de entre sus brazos-.
Cris: Joana, para -y camino hasta el sillón a apoyarme en el brazo- ¿Qué te pasa?
Joana: Que ¿Que me pasa? Que ahora entiendo que fui una idiota, que no debí haberme ido. Siento mucho todo lo que pasó. Perdón por hacerte sentir mal y dejarte sola.
