El secreto de los Potter

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—No pensaba dejarla golpear a fred, y demostrar que ese insignificante beso te ha afectado.—sentenció recibiendo las miradas de las chicas las cuales se encontraban en sus respectivas literas

—Pudiste utilizar un hechizo mejor, por merlin. He sido la vergüenza andando.—contesto lloriqueando katie

—Jane tiene razón, fred no sabrá que me ha afectado. No mencionaremos más el tema, lo olvidaremos ¿de acuerdo?.—la voz de angelina sonaba aún más calmada cosa que agradecía.—Pero deberíamos hablar él porque esa canción katie.—Las mejillas de katie comenzaron a tomar cierto color rojizo, las risas de alicia no tardaron en escucharse. La noche había caído demasiado rápido, llevándonos a un ligero sueño.

Los días pasaron demasiado rápidos a mi parecer, angeline había dejado atrás a fred; a nuestra edad no estábamos en el mejor momento de buscar chicos y eso había sido el principal motivo de angelina, debía enfocarse en el Quidditch, junto a su estudio de magia, que era aún más primordial. Y estar enfocadas en algún chico en estos momentos, no parecía ser buena idea. Había saludado un par de veces a harry, estas últimas semanas parecía no separarse de Hermione y ron, no me molestaba el hecho que quisiera pasar tiempo con ellos, al final eran sus amigos. Pero la necesidad de cuidarlo y saber que se encontraba bien me distraía completamente, angela había notado mi comportamiento, y me dio una sugerencia de que debía distraerme un poco y la mejor opción resultó ser tomar mis clases extras con mayor tiempo. Después de clases, terminaba en la biblioteca. Y me terminaba retirando un poco antes de toque de queda. Había avanzado en cuanto a la historia de magia, los principios de Howgarts y unas cuantos encantamientos junto a unas extras en pociones.

—Iremos a entrenar, tal vez quieras acompañarnos Jane.—sugirió divertida katie

Mi ceño se frunció inmediatamente, había quedado de leer un poco más sobre defensa contra las artes obscuras, y no podría dejarlo para otro día.
—Lo siento.—susurro apenada recibiendo una risa burlesca por parte de angelina
—Lo entendemos, debes estudiar. Solo que estaría bien que un día de estos te distraigas un poco.—comentó despidiéndose junto a las demás y marcharse hacia los campos de Howgarts.

Había tomado la decisión correcta, no pensaba quedarme atrás en los estudios. Quería aprender día tras día y no sentir que estaba por detrás de nadie, necesitaba estudiar aún más. Mis pasos sonaban en el pasillo, los alumnos caminaban tranquilamente mientras conversaban, a esta hora todos resultaban ver los entrenamientos, o inclusive pasar horas en el gran comedor charlando. Pocos aprovechaban la biblioteca, aunque aquello lo hacía aún mejor. Saludo amablemente a Madame pince, la cual acomodaba unos papeles en sus escritorio tranquilamente; una vez que me observó sonrió ante mi dirección no sin antes recalcar las reglas como de costumbre lo hacía con todos los estudiantes de Howgarts.

Se encontraban pocos estudiantes leyendo algunos libros o escribiendo en pergaminos, avanzó a una mesa no muy lejos para poder tomar asiento y colocar mis cosas tranquilamente, la sección de los libros sobre defensas contra las artes obscuras se encontraban frente mío, Hermione se había tomado la molestia de sugerirme algunos que me ayudarían a sobrellevar las materias. El profesor Quirinus Quirrell, había tenido la paciencia a la hora de explicar ciertos temas en los cuales aún no estaba del todo familiarizada.

Las horas comenzaron a pasar de manera rápida, los estudiantes se marchaban mientras otros tomaban su lugar. Las palabras resonaban en mi cabeza, la información parecía acomunarse dentro de mí, tomaba apuntes de manera que mi mano me lo permitiese, había sido cuidadosa a la hora de separar los párrafos y tomar lo más importante.

—Al parecer tú escondite se trata de la biblioteca, un poco cliché.—una voz provocó que soltara los libros que mantenía en mis manos. El rostro de cedric estaba a unos metros de mi, su sonrisa burlesca estaba intacta.

—No se permite hablar.—contesto dirigiendo mi vista nuevamente al libro que mantenía frente a mi. Cedric pareció reír ante mi respuesta, pero no hubo un regaño por parte de Madame, alzó mi mirada nuevamente encontrándome la sonrisa burlesca de cedric.

—Verás, tengo unos tantos privilegios.—explicó.—Pero al parecer no tengo tanta suerte en recibir un gracias por parte tuyo.—Al parecer hoy no sería el día que terminaría mi lectura con satisfacción, cedric tomó asiento en el pequeño banco que se encontraba cerca.

—Si solo buscas un gracias, lo dire. Así podrías dejarme leer tranquila.—comentó pacíficamente

—No te agrado.—musitó interesante a lo cual asiento sin ningún interés.—Pero al parecer tú a mi si
—No me interesa en realidad.—musitó bruscamente
—Difícil.—terminó de decir para sonreír.—Pero puedo agradarte,claro si me lo permites.

—Enserio piensas que aceptaría.—musitó burlesca.—Creo que te he dejado en claro mi opinión sobre ti, y no es muy buena que digamos

Tomó mis libros, y dejó algunos en los estantes cerca, dispuesta a marcharme. Cedric había copeado mi acción, no me había despedido de Madame sin embargo cedric si lo había hecho, nunca me había agradado como otras personas tuvieran ciertos privilegios por encima de otros. Los pasillos se encontraban solos, a esta hora algunos deberían estar en el gran comedor o en sus habitaciones, me preguntaba si harry se encontraba dentro.

—Sabes que no te dejare en paz hasta convencerte.—escucho el exclamó de cedric por los pasillos, sus pasos los podía sentir más cerca.— Podría enseñarte un libro aún más interesante y que te resultaría más hábil para tus conocimientos, sé que lo haría.

—Que tentador.—musité con sarcasmo

—Tengo acceso a la sección prohibida, se que has oído hablar de ella.—susurró, tomó de mi brazo haciéndome caminar a las mazmorras observando que nadie pudiese vernos, quito su brazo bruscamente de mi brazo.—Los libros en la Sección Prohibida normalmente discuten las Artes Oscuras, y se que te interesa aprender aún más. Podría mostrártelos, podría ayudarte

—Porque lo harías.—musité con cierto interés.

—Porque lo necesitas.—se limitó a responder, pronto los estudiantes comenzaban a salir del gran comedor, algunos posicionaban su vista en aquellos dos con cierto interés. La idea de un fugaz romance había parecido interesante, y no tardarían en esparcir el rumor.—Y me agradas, piénsalo. Seguro sabes dónde encontrarme