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El sueño me había caído pesado la noche anterior, ni siquiera había notado la presciencia de George sin embargo seguía durmiendo tal y como fred los dos seguramente debieron acostarse muy noche. Por lo tanto tenía tiempo de ir por despensa en el callejón, unas pequeñas tiendas con artículos del hogar me harían un favor en estos momentos.

Tomó un vestido bordado de flores que me llegaba hasta los pies, utilizo una sudadera negra que le había tomado a george hace unos momentos no me sorprendería que sus sudaderas solo fueran utilizadas por mi pronto debería comprar más ropa para mis últimos meses de embarazado, tanto como para mi bebe.

El callejón por las mañanas brindaba un clima frío, las personas que comenzaban a vender sus artículos colocaban mesas fuera una vez que los clientes comenzaran a llegar. Algunas personas me observaban incrédulas, pero aquello no me incomodaba. Seguramente la idea de ver a una adolescente embarazada no era algo apropiado. Sin embargo había sido afortunada al recibir aquella charla de katie, en la cual me había prevenido de cualquier actitud que pudiera recibir de otra persona desagradable por mi bebe.

Me incorporé en una de las tiendas de comida tomando uno de los canastos en los cuales coloqué fruta fresca, verduras ha excepción de los rábanos de los cuales los gemelos eran alérgicos; había necesitado dos canastas para poder llevar mis verduras y frutas a pagar. Mi camino continuo en una tienda de autoservicio, algunas personas se encontraban dentro comprando cualquier artículo. Había dejado mis bolsas en cuidado de un joven por unas monedas, parecía agradable. Tomó todo tipo de sopas, cereales que servirían cuando los gemelos se levanten demasiado temprano, el carrito que venía empujando se encontraba repleto de artículos para cocinar, tanto como los artículos de limpieza que necesitaríamos más tarde y para toda la semana. Las bolsas eran demasiadas, no podría si quiera con ellas, por fortuna el mismo chico que había cuidado de mis bolsas me ayudó a llevarlas al final solo eran dos cuadras arriba, y el necesitaba más monedas.

—¿Dos hijos?—musité curiosa escuchando de sus palabras mientras comía de mi chocolate

Aliah, y Elbert—sonrió alegre—Estos tiempos son difíciles, mi mujer tiene un puesto de artículos de belleza, tal vez podrías pasarte por ahí. Nos ayudarías demasiado

—Claro que me pasaré por la tienda, estaré viviendo aquí así que tendré que distraerme un poco.—explicó señalando la tienda de los gemelos una vez que le proporcionó unas cuantas monedas las cuales admiró sonriente, abro las puertas para que las adentrara al final habían sido veinte bolsas de las cuales más de la mitad había llevado el.

—La esperaremos señorita, tenga buen día—exclamó sonriente para salir de la tienda, a lo cual me despido con la mano para poder cerrar la puerta con suavidad.

—Ahora si, magia—levantó mi varita soltando un hechizo del cual todas las bolsas comenzaban a alzarse las cuales me siguieron en orden hasta la cocina. Las posicionó en la mesa más cerca para comenzar a abrir las de limpieza, me había encargado de limpiar la estufa junto el refrigerador querría tener nuestros alimentos en un buen estado, prosegui a lavar las frutas y verduras para que estas se encontraran desinfectadas tal y como me lo había explicado con anterioridad angelina.Minutos después la cocina había tomado orden, los cajones se encontraban llenos de despensa y algunos caramelos que necesitaría debido a mis antojos. El refrigerador se había convertido en una necesidad para mi, en una parte consistía en helados, en otra parte los alimentos que necesitaban refrigeración.

No sabía con exactitud que era lo que almorzaban los gemelos, y a decir verdad necesitaría ayuda de molly en estos momentos pero no sería del todo adecuado. Tome algunos sartenes que me había encargado de comprar para comenzar a freír tocino y algunos huevos estrellados, fred parecía estar fascinado con los hotcakes de Hogwarts logrando que pudiera realizar algunos para poder almorzar. Preparo algunos jugos de manzana, mientras sirvo la comida en la mesa.

El secreto de los PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora