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—Tranquila, no estes nerviosa.—intento calmar los nervios de angelina pero aquello resultaba ser una tarea bastante difícil, después de enterarnos que nuestra amiga se había postulado para el torneo, brindamos nuestro apoyo hacia ella, al final lo haríamos.

Se produjo cierto alboroto en el salón, que se cortó casi instantáneamente cuando Dumbledore se puso de pie. Junto a él, el profesor Karkarov y madame Maxime; parecían tan tensos y expectantes como los demás. El señor Crouch, en cambio, no parecía nada interesado, sino más bien aburrido.
—Bien, el cáliz está casi preparado para tomar una decisión.—anunció Dumbledore.—Según me parece, falta solo un minuto. Cuando pronuncie el nombre de un campeón, me ruego que venga a esta parte del gran comedor, pase por la mesa de los profesores y entre en la sala de alado.—indicó la puerta que había detrás de su mesa.—,donde recibirá las primeras instrucciones

Saco la varita y ejecutó con ella un amplio movimiento en el aire. De inmediato se apagaron todas las velas salvo las que estaban dentro de las calabazas en forma de cara y la estancia quedó casi oscuras. No había nada en el gran comedor que brillara tanto como el cáliz de fuego, y el fulgor de las chispas y la blancura azulada de las llamas casi hacía daño a los ojos. Todo el mundo miraba, expectante. Algunos consultaban sus relojes tal y como lo hizo alicia. De pronto las llamas se volvieron rojas, y empezaron a salir chispas. A continuación, brotó en el aire una lengua de fuego y arrojó un trozo carbonizado de pergamino. La sala entera ahogó un grito

Dumbledore cogio el trozo de pergamino y lo alejó tanto como le daba el brazo para poder leerlo a la luz de las llamas, que habían envuelto a adquirir un color blanco azulado.
—el campeón de Durmstrang—leyó con voz alta y claridad— será Víctor Krum
—¡Era de imaginar!.—grito alicia al tiempo que una tormenta de aplausos y vítores inundaba el gran comedor.
Se apagaron los aplausos, y los comentarios. La atención de todo el mundo volvía a recaer sobre el cáliz, cuyo fuego tardó unos pocos segundos en volverse nuevamente rojo. Las llamas arrojaron un segundo trozo de pergamino
—La campeona de Beauxbatons—dijo Dumbledore.— es ¡Fleur Delacour!
—Es ella, ron.—grito harry ocasionando que su hermana le regalase una mirada molesta

—Claramente ella no ganará.—se limitó a responder katie.—He escuchado que es una de las peores alumnas en su escuela, sus dotes no son lo suficiente. Cuando Fleur había desaparecido también por la puerta, volvió a hacerse el silencio. El siguiente sería de Hogwarts.
—El campeón de Hogwarts.—anunció.—es ¡cedric Diggory!

Todo y cada uno de los alumnos de hufflepuff se habían puesto de repente de pie, gritando y pataleando tal y como lo había hecho Jane junto a sus amigas. No le agradaba demasiado aquello, pero cedric se había esforzado por esto y realmente veía por su felicidad. Que no pensaba darle la espalda, mientras cedric se abría camino entre ellos, con una amplia sonrisa sin olvidar de aventar un beso hacia su novia.
—¡Estupendo!.—dijo Dumbledore en voz alta y muy contento cuando se apagaron los últimos aplausos. Pero Dumbledore se callo de repente y fue evidente para todo el mundo por que se había callado. El fuego del cáliz había vuelto a ponerse de color rojo, otra vez lanzaba chispas. Una larga lengua de fuego se elevó de repente en el aire y arrojó otro trozo de pergamino. Dumbledore alargó la mano y lo cogio. Lo extendió y miró el nombre que había estado escrito en el.
Harry Potter.— exclamó, el rostro de harry palideció por completo, provocando la misma acción en su hermana mayor que miraba a su hermano con temor.

Harry permaneció allí sentado, consciente de que todos estaban observándolo. Se sentía aturdido, atontado. Nadie aplaudía.
—Yo no puse mi nombre.—intento explicar harry.—Ustedes lo saben, Jane tú lo sabes
Uno que otro le devolvían la mirada de aturdimiento.
El no lo ha hecho, él no participará.—el grito de Jane retumbó por el lugar

—Harry potter.—llamó.—¡levántate y ven aquí porfavor!

Harry se puso de pie, se puso el dobladillo de la túnica y se tambaleó un poco. Jane se había acercado a él tanto para susurrarle sus fieles palabras tranquilizando un poco a su hermano
—Todo estará bien.—avanzó por el hueco que había entre las mesas de gryffindor y hufflepuff.— No pueden estar hablando enserio, el no participará en este estupido torneo
—Señorita Potter, no podemos hacer nada. Le pido que porfavor coopere un poco.—intento explicar Dumbledore

—No dejare que mi hermano se arriesgue, no se queden parados sin hacer nada. Es un niño, no pueden hacer sus reglas y no respetarlas.—el grito que Jane solo atracó más miradas en ellas, angelina trató de calmarla pero aquello fue imposible, Jane salió disparada del gran comedor molesta, y dolida debido a aquella situación.

El secreto de los PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora