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Una semana había pasado desde mi cumpleaños, los regalos se trataban de ropa junto algún maquillaje por parte de las chicas, alguna que otra golosina o libros que me servían demasiado, harry me había obsequiado un par de calcetines lo cual provocó que riera puesto a que conocía a harry y sabía que él no tenía ni una idea de que obsequiarme pero había sido suficiente, mientras la caja la cual me había obsequiado george había sido un gesto muy romántico de su parte. Contenían flores recién cortadas, con un olor exquisito, algunos chocolates de los cuales eran mis favoritos sin olvidar un dije con su nombre lo cual me pareció realmente encantador, George se había tomado el tiempo para llevar a cabo aquella sorpresa. Mientras la señora weasley había hecho aquella tarta en mi cumpleaños, sin duda había muy emotivo.

Las chicas comenzaron a mejorar en sus tardes de estudio tal y como lo habían hecho los gemelos, aunque en ciertas ocasiones se perdían demasiadas horas debido a sus experimentos. Cedric había estado estudiando conmigo por las tardes, al parecer no todo iba tan bien junto a Cho, y lo notaba debido al comportamiento de cedric pero no quise hablar del tema mucho menos que cedric terminara desenfocándose de la última prueba por algún malentendido que seguro mantendría con Cho del cual no pasaría a mayores.

Hoy sería la última prueba, y el cansancio junto al estrés no me hacía sentir bien después de todo, había apoyado a harry brindándole algunos consejos, mis nervios comenzaron a hacerse presente pero por suerte harry pudo calmarme un poco asegurándome que todo estaría bien, él lo lograría nuevamente. Incondicionalmente si ganaba o perdía, querría verlo en buen estado al final de la prueba.

—Iré con los chicos, al parecer esta última prueba los tiene aún más nervioso incluso más que yo—soltó cedric con gracia

Procura no estresarte, te hará daño. Y debes estar bien para la prueba—exclamó a lo cual se acerca y me brinda un beso en la frente como de costumbre— No se te olvide alimentarte bien, cedric. Hablo en serio

—Claro mamá lo que tú digas—soltó divertido para comenzar a correr en dirección a sus compañeros los cuales lo esperaban ansiosos

El gran comedor se encontraba lleno, debido a que todos parecían querer devorarse la comida que se encontraba en la mesas. A lo lejos divisó a las chicas las cuales se encontraban dispersas en la mesa gryffindor, angelina se encontraba junto a lee charlando, katie parecía leer uno de sus libros junto a alicia que charlaba animadamente con un chico. Los gemelos parecían leer atentos una carta, todos parecían estar en lo suyo. Me dirigí hacia harry el cual charlaba con Hermione y ron, tomo lugar siendo recibida por los tres. Unos segundos después una lechuza llegó para Hermione, tal y como lo había hecho anteriormente una con harry; el ejemplar del profeta relucía en las manos de Hermione.

—¿Quien te ha mandado una tarjeta, harry?—preguntó curiosa una vez que tomó un sorbo de mi jugo de manzana
—Sirius, me ha deseado buena suerte.—susurro muy cerca de mi oído, al final nadie podría saber qué los potter manteníamos contacto con Sirius.

Hermione desplegó, miró la primera página y escupió sin querer el jugo de calabaza que tenía en la boca.
—¿Que?—preguntaron al mismo tiempo harry, ron y jane mirándola
—Nada—se apresuró a decir, intentando retirar el periódico de la vista. Pero ron lo cogió.
Miro el titular y dijo:

—No puede ser. Hoy no. Esa vieja rata..
—¿Que?—preguntó harry—¿Otra vez Rita Skeeter?
Que pasa ahora—suelto una vez que observó el rostro pálido de ron
—No—contesto ron, en un tono nada convincente
Pero antes de que pudiéramos pedirles el periódico, draco malfoy grito desde la mesa de Slytherin:
—¡Eh, potter! ¿Qué tal te encuentras? ¿Te sientes bien? ¿Estás seguro que no te vas a poner furioso con nosotros?.— musitó burlesco

El secreto de los PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora