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Las cartas que había recibido por parte de mis amigas eran demasiadas, incluso algunas de ellas enviaban comida para asegurarse que estaba alimentándome correctamente. Alicia mandaba pasteles en forma de corazón, al parecer era una experta en realizar pasteles envueltos en azúcar, angelina me enviaba todo lo que su madre cocinaba y no podía quejarme ante aquello, mientras katie se aseguraba que no comiera solamente los dulces que mis amigas mandaban, las frutas junto a las verduras hacían que mi cuerpo estallara por comer de más tanto como harry lo había hecho.

Harry había crecido de altura, pronto podría arrebatarme sintiéndome cada vez más pequeña. Su cabellera había crecido pero yo trataba de arreglarla para que no estuviera con los mechones fuera y en caos. En mi caso había sido una verdadera fortuna, había crecido tanto que me asustaba la manera en que mis pechos lo hacían, no podía acercarme a la tía petunia pidiéndole algún consejo porque claramente no me lo daría, así que hurtaba en su closet algo que pudiera ayudarme mientras podía. Harry conseguía algunas toallas sanitarias debido a que mis días se presentaban cada día del mes, cosa que solo hacía sentir incomodo a mi hermano pero me ayudaba escabulléndose para poder conseguir de mi ayuda. Mi cabellera había crecido y el color rubio solo se hacía presente, harry se burlaba un par de veces de mi debido a que mi cabellera solo le hacía recordar a los malfoy, lo golpeó después de aquellas palabras. Mi rostro había cambiado, no era aquella niña de catorce.

Aún compartía habitación junto a harry, apesar de ser una habitación pequeña, nos acomodábamos para poder tener un espacio acogedor. Nuestras pertenencias se encontraban escondidas debajo de nuestras camas o en el ropero, manteniendo un orden. Harry se había tomado el tiempo de leer todas las noches aunque tío vernon no le agradaba la idea de ver luz fuera de nuestra habitación pero a harry si por lo tanto todas las noches tío vernon pasaba por nuestra habitación a cada segundo, y solo se limitaba a sacar su varita y expresar lumus cada vez que tío vernon se alejaba.

—Harry, harry abre la puerta.—exclamó la tía petunia escuchando cómo del timbre de la casa sonaba imparables veces. Tío vernon había llegado acompañado de su hermana Marjorie Dursley, la cual estaba muy lejos de agradarme. Su cosa peluda llamada "perro" entro manchando el pasillo que había limpiado hace unos segundos, Dudley sonrió mientras observaba mi rostro de frustración. Acercó nuevamente el trampeador limpiando las huellas de aquella bestia para poder seguir acomodando la cocina con tranquilidad. Harry se había asegurado que el tío vernon firmara nuestros permisos para poder ir a hogsmeade, pero estaba tan Segura que él no pensaba firmarlos. Servía los platos de comida de los dursley junto a harry que parecía más nervioso debido a las quejas de Marjorie. La televisión y el ruido que provocaba solo ocasionaba un dolor de cabeza en mi. Harry había observado con detenimiento cómo marjorie daba de su copa a su perro, ocasionando una expresión de asco en el rostro de Jane.

—Que miras eh.—expresó con brusquedad observando a harry mientras él lavaba los platos para acomodarlos y no recibir un queja después por parte de tía petunia. A lo cual harry solo elevó sus hombros dado por terminada aquella pequeña conversación, me arrodillo acomodando los alimentos en la nevera que habían sobrado.—¿Donde estudian?

El nombre ridiculo que el tío vernon había dado solo logró que una pequeña risa saliera por los labios de Jane, harry golpeó su mano suavemente para que no pudiera regañarla por aquello, solo empeoraría las cosas. Pero no negaría que él también moría por reírse, incluso cuando se le preguntó cómo lo trataban en aquella escuela el solo se limitaba a explicar que era perturbado y golpeado cada vez que él respiraba.

—No debes preocuparte vernon, él lo lleva en la sangre. Mal padre, mal hijo ¿y su padre que hacía petunia?.—preguntó con brusquedad, harry intentaba contenerse volteando su cuerpo que solo pudiera observar la nevera y su hermana que solo negaba con la cabeza, ella había sido más comprensiva en esos aspectos, no solía levantar la voz a menos que se tratara del propio harry si alguien llegaba a lastimarlo o burlarse de él, pero aquella mujer despreciaba a James Potter tanto que se burlaba de él cada vez que visitaba el lugar, pero aquella mujer no tenía ni una sola pizca de razón.

—No trabajaba estaba desempleado.—contesto abrumada tía petunia

—No dudo que fuera un ebrio.—

—Es mentira.—la voz de harry resonó por toda la cocina, mis ojos se cerraron con brusquedad esperando las palabras de castigo para el menor de los potter.—Mi padre no era un ebrio

La copa que mantenía en sus manos marjorie se había quebrado en mil pedazos, ocasionando los gritos de los tíos Dudley. Me acerco hacia harry tomando de su mano, quería mantenerlo aún fuera de los problemas pero parece que eran inevitables para el.

—Pueden subir a dormir.—susurro con voz molesta el tío vernon

—Espera, tú limpia.—se refirió ante harry.—Y tú deja de mirar y ponte a darle comida a mi bebé está hambriento. Tomó uno de los platos que mantenían aún comida acercándome al perro que parecía no agradarle dejó el plato para alejarme sintiendo sus ojos posicionados en mi.—No es por el padre, es por la madre. Es igual con los cachorros, si tiene algo mal la perra algo tienen mal los cachorrillos

—Ya basta.—grito molesto harry, llegó hacia él tratando de calmarlo pero aquello no podía parar. Observó las luces que parecían apagarse y volver a prenderse con rapidez, mientras harry respiraba entrecortada mente.

—Muchacho déjame decirte.— marjorie no había terminado de hablar cuando su dedo comenzó a inflarse, mientras todo su cuerpo lo hacía de igual manera.

—Harry.—susurró mirando con temor la escena

—No he hecho nada.—soltó

Su cuerpo había sido inflado como si de un globo se tratase, me acercó con rapidez al cuerpo de mi hermano al sentir la mirada de molestia por parte del tío vernon, lo llevo por las escaleras hacia nuestra habitación. Harry entró para poder golpear de su baúl, su respiración parecía subir y bajar con rapidez, llegó hacia él para poder abrazarlo. Nuestras miradas cayeron en la fotografía de nuestros padres, era insensible que alguien pudiera hablar mal sobre nuestros padres cuando nada de aquello era verdad.

Nuestros padres habían sido unos héroes, habían salvado de nuestras vidas.

—Nos iremos de aquí, toma tus cosas no podemos seguir ni un solo momento en esta casa.—sentenció alejándome de él para poder empacar todas mi cosas seguido de él

El secreto de los PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora