84. Agujas

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Killua PoV

No se con que fuerza me puse de pie y corrí hacia ella. No se movía. ¿Porqué no se movía?

Me agaché a su lado y tomé su cuerpo entre mis brazos. Aun estaba tibio... ¿ella temblaba?

No, era yo quien temblaba.

— ¿E-Estrellita? —tomé su suave rostro entre mis manos —____(t/n)... No es momento de estar jugando... Vamos, despierta —la sacudí levemente.

Pero no era como la broma que una vez me jugó. Esta vez su melodiosa risa no me sacaría del mar de agonía.

—No, no, no, no...

No...

Lo repetía una y otra vez en mi cabeza. O quizás lo estaba gritando, pues sentía como mi garganta ardía y el pecho se me desgarraba. Algo por dentro me quemaba como una braza ardiente.

Y fue como si nunca hubiese sentido el verdadero dolor, no hasta que la tuve en mis brazos y no respondía. Fue como si nunca hubiera estado en la oscuridad, no hasta que la luz de mi vida se había extinguido. La agonía me atravesaba el pecho robándome el aire con cada sollozo, y la vida me abandonaba con cada lagrima que caía de mis ojos y se mezclaba con la lluvia.

Estaba como en caída libre por un espantoso abismo sin final.

No podía respirar.

— ___(t/n), por favor, despierta —ella parecía dormida— si no nos cubrimos de la lluvia podrías enfermar...

No quería aceptar la realidad frente a mi; no podía. La aferré con fuerza para cubrirla, y al no sentir reacción de su parte fue como si mi corazón se detuviera.

No podía sentirle el pulso en la muñeca.

—___(t/n)... despierta —la sacudí mientras las lágrimas corrían por mis mejillas— te lo ruego, despierta...

Tú lo prometiste... lo prometiste. Que estarías conmigo para siempre...

Por favor... no te vayas... te lo ruego...te necesito...

Por favor.

Por favor.

— Por favor —lloré— ¡no te vayas!

Oí pasos tras de mi.

—Esa maldita niña destruyó todo... —¿Quién hablaba? ¿Ishida? Si, era su voz— Ustedes malditas ratas impostoras.

Escuché un arma cargándose.

No me giré si quiera. Ya no importaba. Ella ya no estaba; y yo había muerto en el momento en que su corazón había dejado de latir. Quizás solo debía dejar que me mataran... Así podría estar con ella.

Déjenme ir con ella...

Me aferré al cuerpo de ___(t/n).

—Ya verás que llegaré contigo pronto... Prometí que ya no me separaría de tu lado ¿recuerdas? —susurré y cerré los ojos.

De repente, un ruido sordo, un golpe seco, algo calló al suelo y un líquido se desparramó.

—Hasta que puedo ponerte las manos encima, traficante de segunda.

Levanté la vista. Era Ilumi. Se limpiaba la mano que tenía cubierta de sangre, la sangre de Ishida.

—Killua, deberías irte de aquí, Ishida ya no te dará problemas. Ya deja de llorar como un mocoso y vete.

Y la ira dentro de mi despertó como un dragón después de un largo sueño.

— Cállate —apreté los dientes— todo esto es tu culpa...

El Rescate (Killua Y Tu) HxH Fanfic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora