81. Los Gemelos Yikel y Finndé

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Gon PoV

Aun no amanecía. Celeste ya había dormido algunas horas y estábamos a punto de irnos. Seríamos los primeros en partir, con la esperanza de poder rescatar a los muchachos lo antes posible.

Celeste golpeó la puerta de mi cuarto y yo salí. Killua aun dormía.

Caminamos en silencio por el pasillo en dirección a las escaleras cuando la puerta de la habitación de Akira se abrió. Ella asomó su tierno rostro y me miró fijamente con el ceño fruncido.

Me detuve y me acerqué a ella. Seguía molesta por lo que yo le había dicho, y tenia mucha razón; pero a pesar de eso había venido a despedirse.

-Ya nos vamos.

-Ah, de acuerdo.

Un silencio incomodo terminó por darme el valor que hacia falta para decir lo que había que decir.

-Akira, yo... No debí decir eso. Lo siento mucho.

Ella suspiró.

-No te golpeé solo porque estabas preocupado -me regañó saliendo de la habitación- pero si alguna vez vuelves a decirme algo así te arrepentirás-puso su dedo índice en mi pecho. Yo asentí.

-Yo mismo me golpearé la cara si vuelvo a hablarte de ese modo -le dije. Ella entonces suavizó la mirada, y vi aflicción en su rostro. Me abrazó con fuerza.

-Gon, por favor, ten cuidado -suplicó - no tengo un buen presentimiento sobre hoy...

-No te preocupes, volveremos con los muchachos, todo saldrá bien.

-Si mueres, te juro que voy a matarte ¿oíste? - me tomó el rostro y apoyó su frente en la mía, cerrando los ojos.

-No moriré. No puedo morir sin salvar a mis amigos.

Le dí un corto beso y me marché. Ella nos observó alejarnos. Llegamos a la sala común y Celeste se movió relajando los músculos.

-Vamos directo hacia una trampa, lo sabes, ¿no? -me preguntó.

-Por supuesto.

-Bien.

Abrió entonces un portal en el aire, directo al pasillo de la prisión, y yo entré sin cavilar.

Como siempre, la diferencia de temperatura me erizó la piel, y mis ojos tardaron unos segundos en adaptarse a la oscuridad del lugar. El portal de Celeste desapareció tras de mi. Cuando ella sintiera que yo habia sido transportado de laprisión a otro lugar, me seguiria y nos sacaria de ahí a todos.

-¿Kurapika? ¿Leorio? -llamé sin preocuparme por el volumen de mi voz.

De repente escuché un sollozo desde una de las celdas y me acerqué a mirar. Un pequeño niño lloraba desconsolado mientras se cubría los ojos con el antebrazo. Al verme, se paralizó.

-Tu... ¡Tu eres amigo de ellos! -se acercó a la reja que nos separaba y me miró con angustia- ¡Yo no sabía que hacían los cristales, tienes que creerme! -lloró.

Debía ser el niño del que Celeste había hablado.

-¿Sabes a donde pueden habérselos llevado?

Negó con la cabeza.

-¡Por favor, debes irte, rápido! ¡Yikel volverá pronto, va a atraparte!

Entonces las luces del pasillo se encendieron.

-Vaya, otra rata...- escuché a mi espalda. Di un salto hacia atrás y me encontré de frente con un muchacho delgado que vestía de negro- necesitamos fumigar este lugar.

El Rescate (Killua Y Tu) HxH Fanfic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora