22. Indicios

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Sentí un dulce aroma a frutos rojos, ese aroma inconfundible, al que tanto me había acostumbrado los últimos días y del que jamás podría aburrirme. Era su aroma, el aroma de ___(t/n).

Su rostro apareció en mi mente, como de entre la niebla, su dulce voz... su mano sostenía algo. ¡Ah, es mi mano junto a la suya! Estábamos caminando por el bosque, por ese lugar del que tanto miedo tenía. Me aliviaba saber que ella se sentía segura a mi lado, y que yo era capaz en alguna medida de alejar sus temores por un momento. Sus temores... ahora ella también temía perderme, o eso era lo que me había demostrado cuando tuvo pesadillas.

El aroma a frutos rojos continuaba envolviéndome, y escuche una respiración acompasada a mi lado, había algo tibio sobre mi pecho...

Abrí los ojos, y allí estaba ella. ____(t/n).

¡¿QUE?! ELLA ESTÁ AQUI!, ESTOY EN SU CAMA!

Sentí como mi rostro tomaba el color más rojo que jamás había tenido. Maldición me quedé dormido aqui!

Me quedé inmóvil, ella aun estaba durmiendo. ¿Que hora era? La luz del sol ya entraba por las ventanas, y la puerta estaba entre-abierta. Escuché el ruido de la televisión en la cocina. Gon estaba despierto... ¿Nos habrá visto? ¿que voy a decirle? Se me revolvió el estomago de los nervios.

Me moví milimetricamente para bajarme de la cama sin despertar a ___(t/n). Con éxito caminé despacio hasta que atravesé la puerta de su cuarto y la cerré con suavidad, mientras me encaminaba a la cocina. Mi corazón aun latía a mil kilómetros por hora.

Cuando aparecí por la esquina del pasillo, Gon estaba bebiendo lentamente una taza de te. Levantó la vista y me dedicó una mirada pícara. Rayos, no estoy listo para esto...

- Buenos días, campeón - me dijo sonriendo mientras levantaba una ceja. Aquí vamos - ¿Durmieron bien anoche? - moría de ganas de reirse.

- No es lo que crees! - exclamé. Gon desvió la mirada.

 Gon desvió la mirada

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- Si, ajá...

- Gon, es que ___(t/n) tenia pesadillas y yo...

- ¿Pesadillas les dicen ahora?

- ¡Gon!

- Ni un calcetín en la puerta colgaste! - En su mirada se notaba cuanto estaba disfrutando esta tortura.

- ¡Gon! No es eso! - exclamé. Entonces Gon se partió de risa.

- Si, ajá... - dijo a penas recuperó el aliento.

Iba a protestar, cuando de repente ¡Bum! ¡Bum! ¡Bum! tocaron la puerta de la cabaña desesperadamente.

- ¡¡Killua, Gon, abran rápido!! - era Kurápica.

Ambos nos miramos sorprendidos, pocas veces Kurapica perdía la calma. ¿Que ocurria? Corrí hasta la puerta; a penas la abrí Kurapica se abalanzó dentro.

El Rescate (Killua Y Tu) HxH Fanfic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora