72. Inlek

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Killua PoV.

No pasó ni un segundo cuando Inlek se abalanzó hacia mi con intención de matarme. La esquivé con facilidad siendo cauteloso; como no sabia nada de ella ni de su poder, no quería precipitarme. Sabia que, si hacia que ella se cansara, sería más sencillo vencerla sin la necesidad de usar toda mi fuerza, energía o ataques nen. Revelar todas mis técnicas en el primer combate sería una tontería.

Me persiguió por la arena, furiosa por algunos minutos, cayendo y apoyándose contra el piso cada vez que yo la esquivaba. No lograba hacerme ni un rasguño. No pude evitar sonreír con suficiencia. Si la mayoría de mis peleas eran así de simples, podría fácilmente ganar el torneo. Sin embargo, la mujer era más rápida que una persona común. Seguro usaba nen para impulsarse. Quizás era una potenciadora con poco entrenamiento.

Para una persona corriente, escapar de sus ataques rápidos y certeros habría sido una verdadera hazaña, pero no para mí. La verdad era que la presencia de Inlek daba más miedo cuando se estaba quieta que cuando atacaba.

Luego de unos instantes, al publico comenzó a parecerle gracioso que yo la esquivara, lo que solo la hacia enfurecer más.

-Ole! Ole! -gritaban desde las gradas los espectadores cuando yo lograba evitar sus golpes, como si ella fuera el toro y yo el torero. Debo admitir que las ovaciones no me molestaban.

Un instante después ella se quedó quieta mirándome fijamente. Seguramente ya la habría agotado nuestro pequeño baile.

-¡Si te rindes no tendré porqué acabar contigo! -le ofrecí. No había porque matarla.

Escuché como abucheaban desde las gradas. La gente quería ver sangre correr.

-¡Vaya, pero que considerado! -escuché que decía a través del pañuelo negro que cubría su boca- Intenta acabar conmigo si puedes...

Eso era un reto. Sería compasivo, no la mataría, y con un solo golpe haría que perdiera la conciencia. Pan comido.

O eso creí. Pero cuando intenté llegar hasta ella, algo invisible me detuvo. Ella, sin rastros de cansancio, me esquivó y llegó hasta el otro lado de la arena. Ahora el toreado era yo.

Suficiente de juegos, ya estaba harto de esto.

Una vez más y con mayor velocidad que antes, me abalancé hacia ella, solo los ojos de los más rápidos abrían podido notar mi movimiento, pero por segunda vez, y con más fuerza, algo me detuvo justo antes de que pudiera ponerle un dedo encima.

-¿Qué pasa, Escurridizo? -saltó a unos pasos de distancia-¿ahora tu eres quien está cansado?

-¡Vamos Killua! -escuché que ___(t/n) exclamaba desde una orilla de la arena.

Una vez más, esta vez sin fallas, me dije a mi mismo. Pero no pude moverme.

De hecho, sentí que algo me sujetaba, algo que no podía ver a simple vista. Claro, que estupido habia sido. La habia subestimado.

Usé gyo para ver a mi alrededor, solo para darme cuenta de que me encontraba en medio de una gran maraña de hilos de nen. Miles de ellos por toda la arena. Muchos llegaban a su cuerpo. Por supuesto, ¿cómo habia sido tan iluso? Lo que ella habia estado haciendo mientras yo la esquivaba no era intentar asestarme golpes, si no enredarme en sus hilos.

No, no, no, no! Esto no pinta nada bien.

Intenté liberarme, pero solo logré enredarme más. Todo había sido una vil trampa, y yo había caminado directo hacia ella como con los ojos cerrados. Comencé a ponerme nervioso. Si no podía liberarme pronto, era hombre muerto.

El Rescate (Killua Y Tu) HxH Fanfic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora