58. El Infierno

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___(t/n) PoV

Vi como el rostro de Nakamura se desfiguró cuando escuchó las explosiones que venían desde el exterior de la cabina.

- ¿Pero que diablos está pasando allá afuera?

Uno de los piratas habia venido a avisarle hacia solo unos minutos que habian encontrado un naufragio, y él dio la autorización para que tomaran la carga y a los sobrevivientes de prisioneros.

" Y ya no vuelvan a molestarme, ahora tengo cosas más importantes que hacer" les había dicho. ¿Que cosas más importantes? en concreto: Yo.

Me habia mantenido todo el día encerrada en su camarote, como su trofeo. Si él me decía sonríe, yo sonreía, si me decía baila, yo bailaba, si me decía desabrocha mi camisa, yo lo hacia. Ahora era suya, completa y absolutamente suya, y me lo dejaba muy en claro cada vez que me resistía a hacer algo que él me ordenaba. Simplemente ajustaba las cuerdas que mantenía envolviendo mis brazos y mi cuello. Yo estaba repleta de moretones.

Cuando el pirata se fue, Nakamura habia puesto los ojos en blanco y, suspirando, habia caminado hacia mi.

- ¿No pueden hacer nada por si solos? Tengo que darles ordenes todo el tiempo ¿a caso no piensan ellos mismos? - se paró detrás de mi y acomodó mi cabello hacia un lado sobre mi hombro. Un escalofrió me recorrió al tener el cuello descubierto. Él apoyó su cabeza en mi hombro libre deslizando sus manos por mis brazos lentamente. Mis músculos se tensaron - Necesito encontrar un equipo con más iniciativa.

Cerré los ojos intentando alejar de mi mente lo indefensa e impotente que me sentía. Eran tan frustrante  que me daban ganas de llorar. Solo quería que él me soltara, que me quitara las manos de encima, no lo soportaba más. 

- ¿Sabes que seria lindo? Que me dieras un masaje - y se alejó, sentandose en una de las sillas que habia junto a la mesa - me duele un poco la cabeza...

- Claro, Haru - con gusto te la arranco, si eso ayuda... 

- Es tan agradable oirte decir mi nombre, ___(t/n) me dijo sonriente al sentir que ponía mis manos sobre sus hombros. Maldito cerdo - Ni hablar de lo que pasará si te pasas de fuerza - me advirtió cuando comencé a masajear ligeramente sus hombros. 

- Lo se, no te preocupes - mientras lo hago imaginaré que te abofeteo la cara y todo estará bajo control. 

Entonces oímos las explosiones. 

Nakamura se puso de pie rapidamente y abrió la puerta de la cabina, dejando entrar calor y humo desde el exterior. 

- Madita sea! - exclamó mientras salía; pero no olvidó cerrar la puerta con llave desde afuera, me aseguré de chequearlo descepcionada.

¿Que estaba ocurriendo? La verdad era que cuando Nakamura me había dicho que el barco estaba zarpando, sentí que mi alma se partía en dos. Nuestro último momento para escapar se había esfumado y ya no quedaba forma de irse. En alta mar estábamos absolutamente perdidos. Yo no había podido evitar llorar, lo que a él por supuesto le habia causado bastante placer. Intentó consolarme diciéndome que ahora podría comenzar una nueva vida junto a él; sin ataduras al pasado. Yo ya no tenia fuerzas para pelear ni decir nada más, como si mi voluntad hubiese abandonado mi cuerpo. Ya nunca volvería a ver a Killua, ya no tenia familia, ya nada importaba, era lo mismo si moría. Solo permanecía de pie por Gon, por Akira y los demás que seguían atrapados allí abajo. Mientras ellos vivieran y Nakamura los dejara en paz, yo haría lo que él deseara.

Cada noche que habia logrado dormir en el barco habia encontrado a Killua en mis sueños; tantas veces habia visto que venia por mi, a sacarme de este infierno, que ya me habia resignado a que solo podría volverlo a ver así. Por la misma razón me resistía a dormir hasta que ya no podía más del cansancio, si no soñaba con Killua, no tenia que despertar a la agonizante realidad, y no seguiría partiéndoseme el corazón al darme cuenta de que ya nunca más lo vería, ni oiría su voz llamarme Lucecita...

El Rescate (Killua Y Tu) HxH Fanfic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora