71. El torneo inicia

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Killua PoV:

Mi corazón se aceleraba a cada paso que daba hacia el centro de la arena. A mi alrededor estaban todos los campeones que había visto ayer en el entrenamiento, y muchos otros que no lograba reconocer. No sabia el numero exacto pero debían ser más de 50.

Dirigí la vista por un segundo a las gradas. El coliseo estaba repleto de gente vitoreando para que el torneo empezara. En la primera fila se encontraban los equipos de los campeones. Vi a ____(t/n) a la distancia, la preocupación en su rostro y la ansiedad en sus ojos. Estaba sentada junto a Akira y Leorio.

Gon, Touma, Kurapika y Celeste habían permanecido en la ciudad, tratando de encontrar la forma de sacar a la mayor cantidad de prisioneros de la isla. Ahora gracias a mi, no podríamos marcharnos hasta que el maldito evento terminara, o que por arte de magia Ishida muriera.

Cuando todos estuvimos en el centro de la arena, un hombre de rostro huesudo y nariz alargada se puso de pie en el palco techado. Todos podíamos verlo desde ahí. Su enorme sonrisa me causaba escalofríos. Era Ishida.

Al verlo de pie, todos los espectadores guardaron silencio. El se acercó con paso firme al microfono. Dos grandes pantallas a ambos lados del coliceo mostraban en mayor tamaño su rostro. Un sombrero hacia sombra en sus oscuros ojos.

El cielo, casi negro de nubes, daba señales de que pronto llovería. El clima de Isla tormenta no era amable con nadie. Sin embargo, para mí, una tormenta eléctrica siempre me venía de maravilla.

-Amigos, desgraciados, mercenarios, estafadores, embaucadores, ladrones y mafiosos -comenzó su discurso y el estadio se llenó de gritos y risas de celebración- bienvenidos a nuestro evento favorito en isla Tormenta. El Torneo de la Estrella Negra. Este año, igual que los anteriores, un gran deseo le será concedido al ganador, y aquellos que pierdan y sobrevivan, serán puestos a mi servicio, listos para ser rentados por cualquiera que tenga el suficiente dinero.

"Ahora, ante ustedes, los campeones de este año. Una fina colección de miserables y almas perdidas para satisfacer vuestros deseos de sangre".

"No olviden como siempre, perder su dinero en nuestras apuestas ilegales -se escucharon risas nuevamente- si tienen suerte, saldrán más ricos de aquí que yo".

"¡Campeones! Por favor no se contengan, no hay premios especiales para los blandos, tampoco para los honorables; esa clase de defectos terribles podrían costarles la vida. Créanme, disfrutamos de la sangre derramada tanto o más que el mismo diablo. Bríndennos un espectáculo sin igual y quizás decidamos perdonarle la vida a alguno, aunque no prometo nada."

"Ahora se llevará a cabo el sorteo y después de eso, daremos comienzo al torneo. Atención a las pantallas; sus nombres se sortearan digitalmente y entonces verán a su lado el nombre de su primer contrincante. El orden de las peleas también será decidido de manera aleatoria."

Entonces las pantallas dejaron de mostrar su macabro rostro y en su lugar un cuadro rojo donde nuestros nombres aparecía y desaparecían. En un minuto todo estuvo ya decidido. Vi mi nombre en la octava fila, junto al de alguien llamado Inlek. Mi primer oponente. Aun no sabia quien era, pero ya estaba comenzando a sentirme entusiasmado.

Miré en dirección a ___(t/n) con una sonrisa en el rostro. Ya quería que todo esto comenzara. Mi lado competitivo y orgulloso estaba disfrutando esto.

- Recuerden -dijo Ishida cuando su rostro puntiagudo volvió a aparecer en la pantalla - la misericordia es el canto de los débiles.

Y con esa frase que mostraba su moral retorcida, dio inicio al torneo.

Todos los campeones que no lucharían debían abandonar el centro de la arena y reunirse con su equipo de preparación bajo los arcos de entrada.

Esperé a Akira, Leorio y ____(t/n) en mi lugar, desde donde podíamos ver claramente la pelea.

-Killua! ­-___(t/n) corrió hasta mi nerviosa-eres el octavo, ¿verdad?

-Si, pero no tengo idea de quien es Inlek.

-Tampoco yo -dijo Akira- pero espero que sea alguno de los que vimos ayer. Así al menos sabrás un poco de quien te enfrentas.

Nos dirigimos hacia mi área de descanso intentando no toparnos con nadie. Escuchamos como empezaba a llover.

Dentro de mi sala de descanso había una televisión que mostraba la pelea con detalle. En un costado de la pantalla un recuadro que mostraba las apuestas, como si estuviéramos en un hipódromo.

Observé con atención la primera pelea. Un tal Kronos frente a otro llamado Remto. El primero era de los que yo había visto ayer alardear de su fuerza. Grande y musculoso, con piel morena, me recordó a la hormiga Youpi. No era una memoria muy placentera... excepto la parte en la que le patee el trasero. El otro tipo parecía débil y temeroso. Seguramente era uno de los esclavos de los que nos habia hablado Celeste.

Un gong resonó y la pelea comenzó. Ni bien Kronos habia dado un paso hacia él, Remto calló de rodillas, pidiendo clemencia.

No la obtuvo.

Kronos se acercó a él y con un puñetazo le quebró la cara, haciendo que callera en el suelo inconciente y sangrando. Ni un segundo despues le aplasto la cabeza con el pie de manera explosiva. Fue como ver un globo reventar. Incluso yo aparté la mirada. Akira y ___(t/n) tuvieron que sentarse de la impresión. La brutalidad de la muerte las dejó palidas de miedo.

Leorio me miró como para intentar leer mis emociones. Yo suspiré. Habia pasado tiempo desde que no veía cosas tan violentas y me estaba desacostumbrando, lo que no me había molestado hasta ahora.

Luego de un momento vi como ___(t/n) se agarraba la muñeca y ponía cara de dolor. Me puse de pie hacia ella.

-¿Qué pasa?

-No es nada.

-No eres buena mentirosa.

-Es mi muñeca, me molesta un poco desde ayer en la mañana.

-¿Porqué no dejas que Akira te la revise? -dije tomando su brazo y examinándola. No parecía hinchada o roja como solía pasar en los esguinces.

-No -se negó ella retrayendo su mano- Akira debe tener toda su energía para ti.

-Yo estaré bien.

-Eso no lo sabes... -me dijo. Yo suspiré. -No es nada, de verdad, ya pasará, quizás es solo tendinitis o algo así.

Pudimos ver como limpiaban la arena mientras Kronos recibía una gran ovación y era atendido por su equipo de preparación. Pronto comenzó el siguiente combate.

Así pasó el tiempo y los otros combates hasta que fue mi turno. Camine hasta la arena sintiendo la adrenalina en mis venas. Mis amigos se quedaron en la orilla donde se ubicaban los equipos de preparación.

-Killua -me llamó ___(t/n) antes de que me alejara. Me giré hacia ella- No quiero que te contengas. Haz lo que sea necesario para ganar; nadie aquí va a juzgarte, menos yo.

- Lo se -pero de alguna manera, oírlo de sus labios me quitó un peso de encima. Habia estado meditando sobre limitarme, tenia miedo de mostrarle a ella mi lado cruel, la parte de mi que habia enterrado en el pasado.

-Si tienes que matar a alguien por salvarte, seguirás siendo el Killua que conozco, nada en ti se ensuciara ni habrá cambiado.

La besé brevemente y asentí.

-Gracias-susurré, y entonces me alejé libre ya de preocupaciones. Vacié mi mente de todo lo demás. Era tiempo de centrarme en mi oponente.

Frente a mi vi a Inlek. Una mujer delgada y de apariencia flexible. Usaba un manto negro que la cubría casi por completo, dejando solo ver su rostro. No la había visto ayer en la práctica, no sabia nada de ella. Mala suerte.

Escuché el gong y preparé mi cuerpo.

El Rescate (Killua Y Tu) HxH Fanfic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora