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El spartor ya estaba durmiendo, el riumba lo intentaba, el mikellino discutía porque Mike quería chocolate y Trolli no se lo daba, el Jonix grababa Roblox, el Mayictor... eso era diferente.

– ¿Pusiste el hechizo? – Víctor susurró lo más bajo que pudo, si alguien por casualidad prestaba atención podía escucharlo.

– ¡Si! – gritó la tostadora.

– ¡Siiiiiiii! – se puso a gritar como loco también.

– ¡NO TENGO SUEÑO, VIC!

– ¡PUES YO TAMPOCO!

– Mejor dejemos de gritar jeje...

– Como quieras Mayito, aunque era divertido... conozco un juego que será aún mejor.

– ¿Cual?

– Como te lo explico... Hum...

– Creo que ya sé a qué te refieres.

– ¿De verdad? – la voz más aguda de antes se volvió un poco más grave.

– Si... – El pelinegro con tonalidades ligeramente moradas se acercó a su novio.

– Menos palabras y más acciones mi querido Mayito.

Víctor lo sostuvo al estilo princesa y lo llevó hacia la cama. Lo depositó suavemente y al rato las prendas empezaron a volar.

– Hmh~ Vic-tor~ – el lobo ya lo había preparado y estaba listo para entrar en su novio.

Entró con una estocada lenta para no joderle las caderas. El mayor se apoyó con los brazos en el colchón (como flexiones) y mientras lo penetraba corrió los mechones de pelo de Mayo que se dejaban caer en uno de sus hombros. Sonrió al ver esa marquita en la piel de su novio, esa marca que lo unía a él hasta la eternidad, tanto física como psicológicamente.

Unos meses atrás Víctor le había pedido marcarlo, a lo que Mayo no se negó. Desde ese día pudieron sentir lo que el otro sentía, ya sea tristeza, enojo, celos, alegría etc.

El castaño se volvió inevitablemente más celoso y protector, esto generó un problema, tenía celos de TODOS, hasta del pobre Sparta que ni a Mayo le había hablado y tras una simple sonrisa, se llevó un insulto. Raptor se molestó profundamente y le dejó bien en claro a Víctor que debía parar esos celos tóxicos y tontos que había desarrollado.
Pronto Mayo habló con el sobre eso y poco a poco el lobo abandonó los celos, o por lo menos los excesivos.

De vuelta con el yaoi, Víctor lamió la cicatriz y se puso a chupar por la zona mientras movía su cadera que estaba pegada a la del mago.
El pelinegro/morado se estremeció, la marca era su punto débil. Víctor sintió que llegaba al orgasmo y el nudo se formó, por lo que no pudo salir de Mayo.

– Mayito~

– Te amo Vic~... Ah~

– Yo también, mi tostadora.
                
               
           
Episodio especial de mayictor UwU

Entre vampiros, lobos, híbridos y magos ~*los compas*~ YaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora