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A mitad del mes número 9
        

– Te juro que voy a explotar. – Raptor no tenía palabras para describir lo que sentía.

– Ni se te ocurra explotar, que te necesito vivito y coleando. 

– Bueno, no exploto entonces, estallo.

– Son sinónimos.

– Niños; Sparta es un mentiroso, no le crean. – le habló a la panza.

– Que malo.

– Van a decir primero papi que mami.

– ¡Van a decir mami! – reclamó el menor.

– Nada que ver. Niños:... – iba a explicar algo, pero cierto híbrido que pasaba con una barra de chocolate interrumpió:

– Niños; serán jotos los dos, obedezcan al tío Mike.

– Niños; no obedezcan nunca a este perro.

De pronto, Timba apareció por el pasillo y se dio en el pie con el canto de una puerta.

– ¡¡CONCHA TU-!! 

Sparta le dio un palmazo en la mejilla.

– ¿Así piensas contribuir educando a mis hijos? – regañó el lobito embarazado. – eres un vampiro de los mamados y una puerta es más fuerte que tú.

El peliazul se sintió degradado y se fue volando hasta el primer piso.

– Bebo, sí que eres estricto. 

– No se habla mal frente a mis hijos.

– ¡Así se habla! – apoyó Raptor.

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El spartor despertaba en la cama del mayor una mañana. Raptor se talló un ojo y miró a su lado para revisar que su lobito estuviera bien. 

– Tan lindo. – al intentar taparlo más levantó las frazadas y le llegó un olor a sangre. Se espantó y lo destapó, solo para ver una gran mancha carmesí. – ¡Sparta, bebo despierta!

– ¿Mmm? – preguntó somnoliento.

– Hay sangre... – dijo asustado y con miedo en los ojos.

– ¿Que pedo? – se irguió y vio que era cierto. – mi trabajo de parto está comenzando... – se dio cuenta.

– ¿¡Qué?! ¡es muy pronto! ¡¡falta una semana!!

– L-lo sé, pero no hay nada que hacer. Llama a Mayo.

– ¡Pero, pero...! 

– Raptorcito – le dio un beso. – por favor llama a Mayo.

– Vale – se vistió y salió en un parpadeo. – ¡tostadora! – tocó la puerta.

– ¿¡Que quieres?! – no era agradable ser despertado de esa manera.

– ¡¿¡Que quieres otaku!?! – preguntó con molestia Víctor. 

– ¡Sparta va a dar a luz!

– ¡Déjame que me visto!... 

Al instante algunos chicos entraron al pasillo, habían escuchado y sentido la extraña aura de Raptor.

– ¿Cómo? – preguntó Trolli en nombre de todos.

– Despertó con las frazadas ensangrentadas...

– ¿Eso no es malo? – preguntó Rius.

Mayo salió de su habitación junto con su novio.

– Significa que ya comenzó, eso es todo. – tranquilizó.

– ¿Estará bien el peque? – preguntó Jon.

– Sí, pero necesito tu ayuda Rius

– ¿Mía por qué?

– No puedo hacerlo solo, tú eres un buen candidato.

– Ok, acepto. 

– Puede besar al novio. – bromeó Acenix.

Algunos se rieron.

– ¡Oye! – reclamó Timba.

– Que gato más pendejo. – dijo Víctor.

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Estaban en el primer piso, a la espera de noticias. El reptil parecía nervioso, quería llorar con cada quejido que oía de su novio.

– Hombre, otaku, tranquilo. – Mike le tocó el hombro.

– P-parece estar sufriendo... – cerró los ojos. – no me gusta dejar estas cosas a manos del destino, además estos bebos deberían haber nacido en una semana 4 días. Esto no pinta nada bien.

– Confía, Sparta es más fuerte de lo que parece.

– Si soporta estar contigo, es fuerte. – dijo Víctor entre risas.

– Oh vamos. – rodó los ojos. Le habían conseguido subir un poco el ánimo.

Entre vampiros, lobos, híbridos y magos ~*los compas*~ YaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora