#48

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Anteriormente...

En unos pocos días, los efectos celosos de Raptor se irían desvaneciendo.
Pero aún desconocían la nueva personalidad de Sparta, o quizás éste simplemente seguía igual y fin de la historia.

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Una semana después

– ¡Peque, hoy es el día!

Un reptil otaku todo emocionado bajó la escalera para encontrarse con el pelotón de chicos desayunando. Se le habían quitado los celos.

– ¿Día de qué? – preguntó Rius, que estaba curioso.

– ¡De que el peque se convierta en lobito!

Todos se quedaron congelados y miraron el calendario, era luna llena.

– No sé muy bien cómo sentirme. – dijo Trolli.

– El gordo está creciendo...

– ¡Mike! No me digas gordo.

– ¿Estarás con nosotros para siempre peque? – preguntó con una sonrisa Timba.

– Sí, que dolor de cabeza, ¿No?

– Que pesado. – rio el peliazul.

– No sé si reír o llorar. – dijo Víctor.

– Vic, ¿Tráeme una tostadita?

– Sí Mayito. – se levantó de la mesa para traerle una.

Raptor le dio un beso rápido de buenos días a su novio y se sentó a su lado para comer.

Terminaron de desayunar con calma.

– Sparta, si sales omega, ¿Tienes planeado tener hijos con Raptor más adelante? – le preguntó Mike a su mejor amigo.

Raptor escuchó, y le prestó una especial atención.

– ¿¡Hijos?! Aj, es cierto, omegas. – pensó unos segundos. – bueno... A futuro puede ser, pero dentro de los próximos años realmente no lo contemplo, bro.

– Ta bien, Mike lo aprueba.

El reptil sonrió, pensaba lo mismo que su Spartita.

   
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16:00

– Raptor, tengo miedo, tengo miedo...

– Calma bebo, solo te volverás hombre lobo.

– ¿“Solo me volveré hombre lobo”? Sí, sabes, es muy normal que la gente haga eso, lo hacen todos los días.
Todo el tiempo llega un pendejo a decirme que ayer se transformó en hombre lobo.

– Iré a comprar algo, ya vuelvo.

– ¿Qué es?

– No te puedo decir peque, pero lo terminarás descubriendo de igual manera.

Raptor se fue.

– Éste pringao...

17:00

– ¡Hasta que vuelves!

– Lo siento Spartita.

– ¿Y? ¿Qué compraste?

– Que no te puedo decir.

– Malo – hizo un pequeño berrinche.

– Jaja, ternura. – le besó.

– ¿Cuando vamos a la cabaña?

– Amor, quiero que te despidas de los chicos.

– ¿¡Eh?! ¡Ni que fuera a la guerra!

– Vas a volver algo cambiado, y no te puedo traer de inmediato, hay que esperar algunas horas.

– ¿Para qué?

– Necesitarás paz y tranquilidad. Creo que será mejor que permanezcas un rato solo para acostumbrarte un poco más a tu nueva forma.

– Ok, tú eres el experto.

El lobo irradiaba felicidad, parecía un rallito de sol.

– ¿Estás contento Raptorcito?

– Mucho

Entre vampiros, lobos, híbridos y magos ~*los compas*~ YaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora