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Anteriormente...

– ¡MIKE! – un aura asesina cubrió a Raptor.

– Bueno, bueno, no se enoje.

Trolli rio compadeciéndose de su novio. Le pasó una mano detrás del cuello y casi le bota su café encima al besarlo.
             

5-6 meses

– Raptooooor⁓ – llamaba un joven lobito.

– ¿¿Qué pasa Sparta?? ¿Qué? es la tercera vez que me despiertas en la madrugada. 

– Perdón – infló los cachetes.

– No me pongas la carita esa y dime que pasa.

– Quiero comer frambuesas.

– Bebo, no hay frambuesas.

– P-pero quiero... – se puso a lagrimear.

– Pero no llores Spartita. – Mayo le había dicho a Raptor que los desordenes hormonales del embarazo causaban inestabilidades emocionales. 

– Quiero frambuesas. – se talló un ojo e hizo un puchero.

– ¿Y donde voy a pillar en esta fecha?

– Entonces trae frutillas.

– Tampoco hay.

– ¡TRAEME FRUTILLAS, FRAMBUESAS, CUALQUIER MIERDA! – la apariencia de bebé se le fue y se le intercambio por un tirano esclavizador de reptiles otakus.

– Con la chancla no, bebo.

– Raptorcito me voy a morir si no como frambuesas...

– Te traeré lo que quieras, solo espera. – lo besó y salió de la habitación.

Eran las 4 de la madrugada pero Raptor tenía que ir como un esclavo a comprarle cosillas para comer. Y seguramente a su regreso las ganas de Sparta de comer se habrían esfumado.

Genial

              
Con el mikellino

– ¿Que fue eso? – preguntó Mike acostado en el pecho de Trolli.

– Fue Raptor yendo por comida para Sparta.

– Siempre me despierta el imbécil.

– Hay que aguantar sus berrinches de comida por unas semanas más. Después se le pasará y solo será un lobito con una gran pancita.

– Y dos jotos por nacer.

– Dirás dos semillas de café.

– Jotos

– Semillas de café.

– Jo-tos. – se incorporó un poco para mirarlo a los ojos.

– Ca-fe-ci-tos – le mantuvo la mirada sin parpadear.

– Jotos que les gusta el café.

– Hecho

Mike se volvió a acostar sobre su novio, pero éste tenía otros planes. 

– Oye Mikel. – dijo el azabache con una sonrisa.

– ¿Sí?

– ¿Un delicioso?

– Una indirecta muy directa la tuya, ¿eh?

– Amo las indirectas directas. 

– El café te hace daño a las neuronas.

– Cuidadito, soy Trollino que se respeta.

– Demuestra eso, vinagre. – salió rodando por el amplio colchón de la cama intentando escapar del mayor.

– ¡No escapes Mikel! – pensó que era injusto caminar así que salió rodando al igual que él para perseguirlo.

– ¡Escaparé para salvar mi cadera! – cayó de la cama al suelo pero por supuesto que no dolía, era un vampiro después de todo.

Trolli le siguió. Empezaron a rodar por el suelo. Si a alguien se le ocurría entrar a la habitación cerraría la puerta de inmediato pensando que no habría cura para tan grave enfermedad.

De pronto Trolli lo alcanzó y le apretó las piernas con las rodillas para evitar que ruede.

– Bueno... mis caderas tuvieron una larga vida. 

– No te preocupes Mikel, no seré tan brusco.

– Eso dices siempre. – se carcajeó.

– Es que no me doy cuenta.

– Sí claro, te das más cuenta que yo.

– ¡Pero te gusta!

– ¡Me encanta!

– ¡Pues vamos allá! – le comenzó a quitar la ropa mientras Mike desabotonaba su camisa.

– ¿Que pose quieres?

– Que pose ni que ocho cuartos, ponte contra el piso. – El castaño que aún se encontraba con las piernas entre las rodillas de Trolli se dio vuelta y le ofreció su espalda al azabache. – no te voy a mentir, estás bien bueno.

– ¡Trolli!

– ¿Qué? es la verdad.

– Mejor mueve esa cadera tuya hacia arriba y hacia abajo.

– Me gustan las indirectas directas, no las directas directas.

– ¿Te vas a poner conversador ahora?

– Joto – dijo antes de embestirlo con lentitud.

El mayor aumentó la velocidad rápidamente. 

– Aah⁓ ahm⁓

El menor estiró los brazos por el suelo. Su pelo castaño acariciaba su cuello.

N/A: pero mira esas rimas no mames Bv

– ¿Voy muy rápido?

– Más⁓

– Me agrada tu respuesta.

– ¿Por qué será?⁓

El vampiro pelinegro decidió darlo vuelta para verle el rostro. Entrelazó su brazo y sus dedos con los de Mike y empezó a embestir mientras ahogaba unos cuantos gemidos con su boca.

Llegaron al clímax y al rato fueron descendiendo la velocidad para simplemente volver a la cama y oír de nuevo la puerta.

– Tranquilo Mikel, es Raptor volviendo de registrar la ciudad entera.

– ¿Habrá encontrado lo que buscaba?

– Hasta acá huelo las frambuesas y frutillas.

– Pero que hombre, tú no tendrías esa paciencia conmigo.

– Si la tendría. – debatió Trolli.

– No, serías malo.

– No se victimice señor Mikecrack.

– Solo juego contigo. – rio para acurrucarse a su lado.

Entre vampiros, lobos, híbridos y magos ~*los compas*~ YaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora