Entre vampiros, lobos, híbridos y magos ~*los compas*~ Yaoi

#20

Al otro día tenían todas las cosas listas para volver a su hogar. Estaban contentos de haber ganado. Mike ya estaba despierto, pero no caminaba bien por lo que Trolli lo llevaba. Sparta permanecía junto a Raptor, no se separaba y parecía un poco incómodo, el reptil no notó esto.

– Vámonos gente, a ver cómo está nuestra casa, espero que los vampiros le hayan dado un buen trato. – dijo Trolli con Mike en la espalda.

Nadie sabía que esperar de la mansión.

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Cuando llegaron se alegraron, pues estaba igual que como la habían dejado, por dentro y por fuera.

– Por lo menos eran vampiros decentes. – rio Timba.

– Trolli tengo sueño. – se quejó el híbrido-vampiro.

– Ya Mikel, te llevo a una cama. Ustedes ordenen todo. – se fue.

– Mayito, ¿No tendrás un hechizo para hacer que todo se guarde sin necesidad de que tengamos que hacerlo nosotros?

– No Vic, aunque debería crearlo.

– Eso – lo apoyó su novio.

– Pero no ahora así que a guardar.

Todos suspiraron y tomaron su parte del equipaje.
Se oyó un silbido.

– Sparta, ¿Por qué silbas? – preguntó la tostadora.

– Me gusta... – no le prestó atención y siguió subiendo la escalera.

Al resto no le importó la respuesta, pero Mayo estaba confundido.

– ¿Mayito? – Víctor había sentido el sentimiento que rondaba por la cabeza del mago.

– No pasa nada, vamos.

– Ok

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– Vic... – Mayo estaba acurrucado entre las sábanas con su novio abrazándolo con cariño por detrás.

– ¿Que? Has estado muy pensativo las últimas horas. – le acarició el cabello pelinegro-morado.

– Sparta está raro.

– No te preocupes, está creciendo.

– No es eso.

– Es humano, pasa por diferentes etapas.

– Puede que tengas razón y me esté imaginando cosas.

– Yo creo que eso es... – le besó el pelo y siguieron descansando.
    
 
En otra habitación Raptor grababa Minecraft con su shipeo.

– ¡Vamos Sparta! ¿Cuándo te volviste tan noob? – el menor estaba cometiendo errores básicos.

– Lo siento.

– Tranquilo, vamos a intentarlo otra vez...

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– Voy al bosque. – dijo después del almuerzo el humano.

– ¿Qué?... – Raptor estaba extrañado al igual que todos, Sparta nunca hacia eso, NUNCA.

– Me acostumbré a la cabaña, solo quiero estar en el bosque un rato.

– ¿Te acompaño Spartita?

– No

La respuesta seca también causo impresión. Víctor miró a Mayo, y le dio la razón mentalmente, algo pasaba.
Cuando Sparta se fue, el reptil se encerró en su habitación, no estaba triste ni nada, pero quería editar en paz.

El riumba se lanzó una mirada pervertida y subió al segundo piso.

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Raptor se tomó un descanso de la edición constante, mientras bajaba al primer piso se encontró con su querido Sparta.

– ¡Spartita, volviste! – le dio un abrazo que el otro correspondió gustosamente.

– Sí, fue divertido. – se separó y continúo subiendo la escalera.

El reptil solo siguió su camino. El humano iba por el pasillo que daba hasta su habitación, pero por curiosidad entró a la de Mayo.

– ¿Que haces aquí?

Sparta saltó, no había notado la presencia de la tostadora. 

– Te venía a visitar solamente, ¿Está prohibido?

– Para nada... Sparta, ¿Cuántos años tienes? – una pregunta simple puede desenmascarar un gran crimen.

– ... Mayo-mayonesita... Que pregunta más tonta, tengo 17...

– Solo Vic me dice Mayo-mayonesita... – lo había pillado, nadie se atrevía a decirle así porque Víctor se enojaba, así que el que lo decía no tenía cordura.

Sparta se puso tenso.

– Maldición... No quería tener que hacer esto...

Mister suspenso presente.