#62

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Anteriormente...

Al ser descubierto, Raptor puso mala cara, los demás compas tendrían que preparar su funeral. Entre el montón de gente, alguien le echó un sobre con un extraño polvo al vaso de Sparta. El reptil tuvo que hacer acto de presencia para arrebatarle el vaso y arrojar el líquido al suelo.

– Sabía que estabas aquí.

– Bebo, lo siento.

– Nada de "lo siento", yo solo quería ir de fiesta con mis amigos. Pasamos prácticamente las 24 horas juntos, solo te separas cuando tengo que ir al colegio y de mala gana más encima. Estoy decepcionado de ti.

– E-es que yo quería asegurarme de que estuvieras a salvo.

– Soy un hombre lobo, siempre estoy a salvo. – le susurró.

– Pero eres un omega, eres más débil.

– No me subestimes, siempre seré más fuerte que cualquier humano.

– Eso es cierto... no te enojes conmigo Spartita.

– Vuelve a la mansión y déjame disfrutar lo que queda hasta las 12.

– No, ¿no viste que te habían echado algo a la bebida? eso me confirma que este lugar no es seguro, voy a volver a la mansión pero contigo.

– Raptor, NO voy a volver ahora.

– ¿Pasa algo Sparta? – preguntó Cadet al llegar junto a él. – ¿te está molestando?

– Es mi novio. – dijo el menor.

– Ah, ups. – lo saludó nerviosamente.

– Me lo llevaré si me disculpan. – Raptor tomó la mano de su novio, pero éste se soltó bruscamente.

– ¡No! – el lobo menor se resistió.

– Oye hombre, ¿no vez que no quiere irse? – habló Nate.

– Vámonos Sparta.

– ¡Que no!

Avanzaron unos metros mientras iban sumergiéndose en el bosque, pero Sparta no estaba dispuesto a dejarse llevar y de un tirón intentó soltarse de la mano de Raptor. No contó con que el mayor tirara al mismo tiempo en sentido contrario. Se le dislocó la muñeca.

– ¡Peque! – se horrorizó al ver su propia creación.

Nate y Cadet se quedaron paralizados, y al ver la rápida curación de Sparta aún más.

– ¿Qué mierda?... – dijo el rubio con un hilo de voz.

– Eso dolió, Ari.

Pocas veces le llamaba por su nombre real.

– Yo no quise hacerte eso, p-perdóname. 

– Por favor vete. – pidió con lágrimas en los ojos.

– Me voy bebo, me voy... – no quería, pero solo estaba empeorando las cosas.

El lobo desapareció con rapidez en dirección a la mansión.

– ¿Q-qué eres? – preguntó el pelinegro con miedo.

– Chicos no se asusten por favor...

– ¡¿Que mierda eres?! – siguió con las preguntas el rubio.

El castaño no sabía que decir.

– Cadet, te lo puedo explicar, Nate a ti también.

– Eres una bestia... – volvió corriendo con el gran grupo de gente. – ¡miren a ese tío! 

La música se detuvo.

– ¡Su muñeca se había dislocado y se le curó en menos de 5 segundos!

Sparta entró en pánico, lo iban a descubrir.

– Tío, estás chiflado. – le dijo un tipo de la multitud.

– Yo no sé que vi, pero algo raro le pasó a su mano, algo muy raro.

La gente se empezó a reír.

– Tío, es malo reírse de los deformes. – dijo uno.

– No es su culpa haber caído en "mutágeno". 

La gente rio aún más.

El lobito dio unos pasos para atrás y salió corriendo. Lo único que quería era llegar hasta la mansión, con sus verdaderos amigos, con los que el quería, y le querían.

Entre vampiros, lobos, híbridos y magos ~*los compas*~ YaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora