Al día siguiente, Lex alcanzó a Candy cuando esta estaba entrando al colegio. No se habían enviado ni siquiera un mensaje desde que él la dejó en su casa la pasada tarde.
—Hey.
Ella solo esbozó una leve sonrisa, pero eso fue antes de sentir los brazos de Lex envolviéndola por detrás.
—Esa carita me decía que necesitabas un abrazo.
Era un confort saber que siempre se acordase del significado de aquel gesto para ella...
La cobriza acarició sutilmente una de sus manos.
—¿Sigues enfa...?
—No tanto —contestó Candy, con su mirada aún puesta en el frente.
—Bueno. —Lex asintió y se separó de ella para seguir caminando a su lado—. ¿A ti también te llegaron las notas ayer?
—Sí. ¿Cómo te fue?
—Bien, ya sabes, lo usual. —Se encogió de hombros sin perder su buen humor—. ¿Y a ti?
Candy hizo un gesto de pesadez.
—Nunca son los 45 puntos completos...
—Sí, lo entiendo —señaló Lex soltando un bufido—. Me pasa lo mismo, tengo todas con la máxima nota excepto tres. Pero tranquila, recuerda que son las preevaluaciones. Mejoras la media en las finales y las de ahora no te cuentan.
Ella asintió, justo un segundo después de que la alarma sonara. Lex la miró.
—Te veo después.
Le dio un beso rápido a la cabeza y siguió hasta su clase, mientras Candy se quedaba observándolo.
A la hora del patio, Lex se aproximó hacia el grupo de Dave y los demás... después de no haberlo hecho en un largo tiempo.
—Sabes, hoy no es un buen día para que aparezcas por aquí.
Lex se giró hacia su amigo. Dave se había limitado a mirarle por el rabillo del ojo antes de prácticamente echarle de allí. La crudeza de su voz se reflejaba en la dureza de la expresión que podía apreciar de su perfil.
—No os preocupéis, desaparezco pronto —soltó Lex con recelo—. ¿Habéis visto a Candy?
—No —contestaron todos al unísono. Sienna y Meghan lo miraron consternadas. Desde hacía un tiempo que ya no tenía tanto contacto con ellas, pero seguían igual que cuando hablaban a a diario.
—Vale, gracias de todas formas.
—¡Lex! —Él se giró, mirando a una suplicante Sienna—. Venga, ¿podéis arreglarlo ya, por favor?
—¿Para qué? —se adelantó a reclamar Dave—. ¿Para que venga a presumir de sus ceros en las notas con nosotros? No, gracias.
—Lo mínimo sería 1...
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Perfectamente equivocados
RomanceAtraídos como imanes, Candy y Lex se unirán para continuar siendo los mejores estudiantes del colegio sin renunciar a la libertad que el último año de bachillerato amenaza con arrebatarles. Ambos conocen parte de la crudeza que conlleva la perfecc...