51. Exploraciones

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Con ella mirándole de esa manera, Lex no pudo resistirse a volver a besarla, haciéndola reír.

—Lo primero en que deberíamos pensar es... ¿en qué casa?

—He hecho lo imposible para que mi padre saque a Celest a alguna parte —afirmó él sin dejar de rozar sus labios—. Llevo semanas insistiendo.

—Entonces deberíamos aprovecharlo... —Candy le acarició tiernamente la mandíbula.

—Sí...

Sonrió, sintiendo la presión en sus pantalones.

—Pero si vamos a hacer esto...

—¿Hmmm?

Candy se mostró decidida.

—Habrá que poner ciertas reglas sobre la mesa.

—Habrá que poner ciertas reglas sobre la mesa

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—¿Nora?

Ella alzó la vista hacia el espejo del tocador y se encontró con los intensos ojos marrones de su hermana, analizándola.

—¿Sí?

—¿Por qué estás así?

Ante aquella pregunta, la susodicha pasó a dejar la mente en blanco de un momento a otro. A ella le resultaba francamente sencillo hacer eso...

—¿Así cómo?

—Perdida, o al menos lo parecías antes de jugar a la treta de la cara de póker conmigo —la acusó Sandie con dureza.

Nora se mantuvo impasible y negó con la cabeza.

—No es nada, en serio.

Dicho esto, volvió a coger el móvil a su lado en la cama y dejó que su corta melena negra escondiera parcialmente su rostro de ella. Entonces Sandie prefirió dejarlo estar, puesto a que cuando se empeñaba, su hermana podía ser más cerrada que una caja fuerte.

—Tú y tus misterios...

Nora esbozó una leve sonrisa ante el comentario, pero enseguida la borró.

—Por cierto —intervino en un murmullo—. ¿Al final vamos a ir a la fiesta de los Harrison el viernes?

La rubia hizo una mueca burlona mientras seguía retocándose.

—Claro.

Nora asintió.

—Bien.

Sandie se giró en su silla, extrañada.

—¿Desde cuándo no te generan rechazo a ti las fiestas?

Nora mantuvo su pose neutral.

—Será desde que me acostumbraste a ir tan seguido. —Se encogió de hombros—. Hasta creo que me lo empiezo a pasar bien. Además, van a ir todas mis amigas.

Perfectamente equivocadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora