Era un tipo de mareo, un nudo en la boca del estómago... o algo que nunca podría acabar de definir del todo. Solo sabía que también podía aparecer ante una situación imprevista, desconocida, y que la arriesgaba en muchos sentidos para bien y para mal.
Con esa carga llegó al grupo llena de dudas, sin saber muy bien qué decir. Por suerte, sus ánimos se aligeraron cuando percibió una sonrisa amable entre ellos.
—Bienvenida, Candice —le saludó la misma chica que había levantado la mano.
—Prefiero Candy —indicó mientras cogía un pupitre para arrimarse.
—Ah, vale. Yo soy Meredith, y ellos son Phillip, Bianca y Lexian.
Fue mencionando los nombres a medida que señalaba a cada uno. Phillip era muy rubio, pecoso y de ojos verdes. Todo lo contrario de Bianca, que era de piel bronceada, ojos marrones con un ondulado pelo negro. Candy se percató de que tenía un objeto alrededor de la oreja derecha, y reconoció el mismo aparato que una vez una niña en preescolar llevaba a causa de un problema de sordera. Apartó rápidamente la mirada para no hacerla sentir incómoda y se cruzó con Lexian, el de piel sutilmente bronceada con mechones rubios apagados y ojos de un particular matiz azul oscuro.
—¿Todos lleváis aquí toda la vida?
—No, en realidad yo vine de Irlanda hace poco y Phillip vino hace tres años de Francia —respondió Meredith, dirigiendo la vista al susodicho—. Domina el idioma perfectamente, pero igual no habla mucho. Bianca es de aquí, aunque su familia es italiana, y Lex... él también lleva ya lo suyo por la zona.
Candy asintió. Con saber un poco de ellos bastaba, lo primordial era ponerse manos a la obra.
—¿Y tú? —La voz de Bianca fue suave y dulce.
—Yo también nací en este país, pero me muevo de un lado a otro sin parar. —Sonrió de modo cortés—. ¿Qué tal si organizamos el trabajo?
—Pues... —Meredith se giró a ver lo que estaba escrito en la pizarra—. Ahí solo han puesto el contexto del primer capítulo de 1984.
Candy asintió levemente.
—Bueno, como es una obra muy compleja, en el primer capítulo ya se cuentan muchas cosas que se necesitan investigar a fondo para entender. Por eso, antes que nada yo sugeriría buscar lo más básico; como la biografía del autor, el contenido general del libro, y luego ya centrarnos en los elementos, los personajes y el tipo de palabras empleadas.
Los chicos se miraron entre sí.
—Yo creo que mejor será buscar el capítulo para leerlo y después ver lo demás —propuso Lex.
Todos estuvieron de acuerdo, excepto Candy.
—Pero lo primero es organizarse —arguyó, intentando no sonar brusca—. No vamos a estar todos con lo mismo cuando podemos ir avanzando cada uno en distintas partes.
—¿No ves que la pizarra no pone nada en concreto? —replicó el chico con prudencia—. Necesitamos hacernos una idea.
—Por eso estoy diciendo qué podemos ir repartiéndonos —repuso ella—. Lo he leído y sé más o menos lo que hay. Nos ocupamos de esas partes y ya después preguntaré a la profesora si nos falta algo. De verdad, si lo pensáis, nos estaremos ahorrando muchísimo tiempo.
Lex suspiró.
—¿Y si hacemos una lista de ideas? —sugirió Phillip con timidez. Su acento era muy cerrado.
Candy se encogió de hombros.
—Está bien.
—Si quieres, empieza por poner lo que ha mencionado Candy; biografía, contenido, elementos con relación al libro y los personajes —dijo Lex.
ESTÁS LEYENDO
Perfectamente equivocados
RomantizmAtraídos como imanes, Candy y Lex se unirán para continuar siendo los mejores estudiantes del colegio sin renunciar a la libertad que el último año de bachillerato amenaza con arrebatarles. Ambos conocen parte de la crudeza que conlleva la perfecc...