La doctora Sue giró la cabeza y la observó con cara seria.
—¿Cómo va a haberlo? ¡Si ni siquiera le estoy viendo el útero! La pantalla está congelada.
El alma de Candy le regresó al cuerpo, mientras la asistente iba a ver qué pasaba con la máquina.
—Ah, puede ser porque... —Se apresuró a clicar unos botones y en la pantalla digital aparecieron distintos dibujos de sondas de ultrasonido. De todos ellos seleccionó el dibujo del transductor blanco que estaban utilizando con Candy—. Guardó la configuración del ultrasonido abdominal que se realizó antes, no estaba conectado a este transductor.
La doctora movió la cabeza.
—Si es que de verdad que... —Se giró hacia Candy y Alia con una sonrisa apaciguadora—. Mis disculpas por el contratiempo.
—No pasa nada. —Candy estaba tomando grandes bocanadas de aire para tranquilizarse, a lo que Alia acabó por hacerle gracia.
—Deja de hiperventilar tanto o te vas a desmayar. —El comentario la hizo sonreír, en lo que la imagen tanto de la máquina como del televisor comenzaban a distorsionarse según el movimiento del aparato en su interior. Ahora todo parecía cuadrar.
La doctora fue enfocando áreas de grandes manchas negras y grises, hasta detenerse en un punto concreto.
—De acuerdo, recién veo lo que tengo que ver.
—¿Hay bebé? —preguntó Candy.
La doctora sonrió.
—Sí, ahí está. —Su foco de atención se desvió hacia la pequeña mancha negra en la parte superior de la pantalla, que parecía resguardar otra de color gris y en forma de luna en su interior. La doctora aumentó el zoom a través del monitor y marcó tres cruces en la pequeña mancha.
—Todo parece normal. —Candy no apartaba la vista de la televisión de pantalla plana, donde todo era nítido a gran escala—. Esta es la placenta y tu bebé es la ligera mancha de aquí. Es muy pequeño todavía, pero puedes notar un leve movimiento, ¿lo ves? —Lo señaló con el cursor y la cobriza asintió—. Y ahora vamos con la sorpresa.
Candy se volteó.
—¿Qué sorpresa?
La doctora sonrió y la cobriza se alteró esperando que no se tratase de un embarazo múltiple. Si con uno Lex se alejaba, con dos se mudaba a China.
Los nervios se desvanecieron de golpe cuando la pantalla se dividió en cuatro perspectivas distintas, para luego dejar y ampliar solo aquella que mostraba todo en un tono anaranjado, donde vio literalmente cada detalle del embrión en su vientre.
—¡¿Está tan formado?!
—Sí, aún es pequeño pero... —Candy se derretió de ternura al ser capaz de distinguir la silueta entera de la vida que cargaba. Su cabecita, el cuerpecito y los bracitos levantados a sus lados. En el formato de escala de grises apenas se veía...—. Vamos a proceder a escucharlo.
La cobriza le pidió rápidamente el móvil a Alia para usar la grabadora y guardar lo que escucharan. En la sala tan solo había silencio, hasta que en la barra de volumen aparecieron unas cuantas manchas de colores, y comenzó a percibirse un bajo sonido en aumento.
—Parece... no, no tengo comparación para describirlo —murmuró mientras una lágrima que se deslizó por la comisura de sus ojos.
Se oía en un bajo volumen, pero ahí estaba, latiendo rítmicamente.
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Perfectamente equivocados
Storie d'amoreAtraídos como imanes, Candy y Lex se unirán para continuar siendo los mejores estudiantes del colegio sin renunciar a la libertad que el último año de bachillerato amenaza con arrebatarles. Ambos conocen parte de la crudeza que conlleva la perfecc...