A medida que los edificios adosados de la ciudad desaparecían, una vegetación verdosa y abundante los sustituía. Era el tipo de ambiente que solía definirse como inhóspito, distanciado y pueblerino, sin nada que ver con los grandes lujos.
"Perfectos ilusos..."
Candy esbozó sonrisa irónica. De vez en cuando, despegarse de la perspectiva de la mayoría de personas ayudaba a descubrir las " familiares verdades engañosas". Esas verdades que todos conocemos pero sobre las que, dado a que no solemos pensar mucho en ellas, nos volvemos susceptibles a ser engañados con facilidad. ¿O no es cierto que de toda la vida ese tipo de localizaciones han sido las idóneas para la construcción de las fábricas de famosas marcas y también de esplendorosas casas?
Las viviendas de allí no solo contaban con un extenso y hermoso jardín, sino que además eran tres veces más agraciadas que todas las que se ubicaban en el centro de la ciudad.
Y por si fuera poco, en un punto cercano a todo lo anterior y con árboles gigantes que lo encubrían, se encontraba lo que parecía ser nada más y nada menos que un antiguo palacio. Tal vez su verdadera función no tenía nada que ver, pero sí podía mantener casi el mismo prestigio al tratarse del segundo centro con mayor admisión a las universidades top del Reino Unido.
Al menos ese fue el ranking que mantuvo durante los últimos años, suficiente como para convertirse en algo fiable a pesar de su ubicación.
"En algún momento de tu vida siempre descubres algo que te enseña a no fiarte de las apariencias."
Le hizo gracia cuando el pequeño dicho volvió a manifestarse en su cabeza. Lo solía hacer a menudo, ya que no faltaban ocasiones cotidianas que la hicieran recordarlo.
...Y el escenario ante sus ojos le servía para demostrarlo.
—¡Sentaos, por favor! —les indicó la mujer mientras se disponía a hacer lo mismo.
Candy contuvo las ganas de reír por el tuteo con el que se dirigió a ellos, así sin más. De todos modos, tanto ella como su padre contestaron con un bajo "gracias" de cortesía mientras guardaban la misma postura neutral.
En ambos el negro predominaba esa mañana: en él por su traje y en su hija por su gran gabardina, que cubría una dorada melena cobriza lisa y bien peinada. A pesar de que era un color asociado a la muerte, a Candy le habían enseñado cuan eficaz también era para intimidar. Y por alguna razón, era la actividad favorita de su padre cuando se trataba de presentaciones serias...
—¡Por fin tengo el placer de conoceros en persona! Después de tanto tiempo hablando solo por teléfono. —Soltó una risa que resonó en las paredes de la pequeña sala—. Me llamo Claire Marshall.
La eufórica morena ofreció la mano a Richard, quien la tomó algo incómodo.
—Si no es molestia, prefiero que seamos directos y rápidos con esto —se apresuró a añadir—; porque como se imaginará, el trabajo me llama.
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Perfectamente equivocados
Storie d'amoreAtraídos como imanes, Candy y Lex se unirán para continuar siendo los mejores estudiantes del colegio sin renunciar a la libertad que el último año de bachillerato amenaza con arrebatarles. Ambos conocen parte de la crudeza que conlleva la perfecc...