Lex parecía haberse detenido en medio de un proceso de carga.
—¿Por qué... lo preguntas?
—Pues... —Candy buscó cómo ofrecerle una breve idea de aquello a lo que no paraba de darle vueltas—. Es que creo que nos han surgido varias referencias al tema en alguna que otra ocasión y... nunca nos hemos centrado realmente en hablarlo.
Él se rascó la cabeza, nervioso, y con tan poco cuidado que Candy pensó que iba a hacerse alguna herida.
—Yo pensaba que lo íbamos a sacar a colación, pero solo dentro de algunos meses más... —aclaró.
Esa respuesta acentuó la inseguridad de Candy.
—¿Te parece muy pronto?
—Diría que en nuestro caso, sí —señaló él—. Para otros tal vez no, pero por el tipo de pareja que somos... No sé, creía que con los besos y la relación que teníamos ya estaba bien. Que bastaba con seguir así por ahora...
Quedó tan conmovida que le nació el impulso de inclinarse para darle un beso rápido, dejando cualquier rastro de incomodidad a un lado.
—Claro que está bien, si es ideal... —No quería que le quedase duda alguna—. Adoro completamente el noviazgo que me has ofrecido, Lex. Tenemos una relación tan dulce y unida... Pero justo por esa cercanía, que poco a poco nos hace ser más pasionales, pensé que... era cuestión de tiempo que tocásemos el asunto.
Él procesó sus palabras con lentitud.
—Entonces, ¿todo esto viene porque crees que estamos cerca de tener sexo de todas formas?
—No sé si estamos próximos a tenerlo o no —esclareció ella—. Pero si lo hablamos ahora, cuando tenga que pasar no vamos a quedarnos sin saber si avanzamos o no...
—Eso da paso a una pregunta muy sencilla, Candy. ¿Tú quieres más?
Ella soltó un bufido exasperado.
Era cierto que amaba la inocencia de lo que tenían. Pero por Dios, le había costado lo suyo ignorar la atracción creciente que sentía por él. Era cuestión de verle a los ojos y saltarle encima, tal y como había hecho esa mañana a pesar de ser algo atípico en su carácter, incluso tonto, pero que indicaba hasta qué punto ese apego por él la trastocaba.
Durante las vacaciones habían empezado a darse cada vez besos más fogosos... y, obviamente, la impulsividad por aumentar esas sensaciones la había acompañado. Lo cierto es que después de leer el poema... no paró de imaginarse escenarios igual de estimulantes el uno del otro.
—No lo sé —respondió Candy con sinceridad—. Hasta ahora hemos hecho pequeños avances que me han encantado a medida que los hemos ido probando e incorporando entre nosotros... tal vez con dar el siguiente paso sea lo mismo...
Lex se acomodó sobre sus codos.
—¿Y qué incluiría ese "siguiente paso"?
—No sería un todo de golpe —aclaró ella—, sino algo similar a lo que hemos venido haciendo hasta ahora; explorándonos el uno al otro... y tal.
—¿Con toques? —Y entonces sus manos repasaron sus brazos, justo como ella hizo segundos antes con él.
—Toques, besos, lo que surja —murmuró estremeciéndose por las caricias que le brindaba; repentinas, pero placenteras—. Me dejaré guiar por lo mismo que hasta ahora, por las ganas... y la curiosidad.
Él arqueó sus cejas con interés.
—¿Con que tienes ganas y curiosidad?
Candy bufó.
ESTÁS LEYENDO
Perfectamente equivocados
Storie d'amoreAtraídos como imanes, Candy y Lex se unirán para continuar siendo los mejores estudiantes del colegio sin renunciar a la libertad que el último año de bachillerato amenaza con arrebatarles. Ambos conocen parte de la crudeza que conlleva la perfecc...