Los muertos hablan a través de caballos enanos

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POV Thalia

Tenía el ceño fruncido de Piper cada vez que se agachaba a recoger una rama frente a mí. Me importaba una mierda, pero se iba a quedar con el entrecejo de serie por idiota.

-¿Qué? - espeté cuando soltó otro gruñido bajo mirándome.

-¿Es que no piensas disculparte? - se cruzó de brazos y los palos que se asomaban de sus manos le daban la pinta de un espantapájaros. Las plumas de su pelo ayudaban al diseño - ¡Todo es tu culpa!

-Siempre es mi culpa - rodé los ojos cansada.

En ese puto barco tenían la mala manía de que cuando algo malo pasaba siempre éramos los cuatro cabezas de turco de siempre: Leo, Travis, Percy o yo. Ninguno más podía hacer nada, no sé si se creían que eran perfectos como Reyna y no cometían ningún error. Simplones.

-Tu, toma tus ramas - dije junto a Piper acercándome a Leo.

-¿Cómo piensas que voy a construir algo con eso? - señaló las finústicas ramas en mis brazos - No sirve para las estanterías que te cargaste, ni para un palillo.

-¡No fui yo! Fueron los perros - me volví a defender pero no parecían creerme - Y coge las putas ramas, he perdido media hora eligiendo.

Mi corazón se rompió cuando mis ramas cayeron al suelo tras quitarlas de mi agarre. Cada día me llevaba una desilusión nueva. No pensaba seguir buscando madera, ni siquiera sé por qué me obligaron a bajar a buscar madera, si lo hacía tan mal que me dejasen en el maldito barco.

Mi único entretenimiento era ver a Percy tratando de llevarse una palmera, tiraba del tronco colgándose de ella como si fuese un mono junto a Frank mientras Travis comenzaba a hacerle agujeros al tronco y colocar bombas. A ninguno se le había ocurrido coger un hacha o una espada, si es que yo soy aquí la cabeza pensante y no me valoran.

-¿Son conscientes de que cuando Travis vuele el árbol se les va a caer encima? - preguntó Piper señalándoles.

-Déjales, así me río un rato que sois un muermo.

Nada más Percy me dijo que teníamos que desembarcar de nuevo estuve emocionada, sobretodo porque me quería reír de Reyna porque yo iba a una misión y ella no. Claro, no contaba con que mi súper búsqueda iba a ser convertirme en un puto castor para coger madera que supuestamente yo había roto y por eso no pude negarme a ir.

Nadie parecía reparar en el hecho de que Leo con su increíble supuesta planificación, no tenía suficiente madera de sobra para <<tal enorme y catastrófico destrozo>. Eso es su culpa, pero tampoco lo ven. Thalia siempre es la mala, Thalia rompe todo, Thalia destroza mucho.

La historia estuvo desde el primer momento mal contada, Argentum miraba con deseo la comida del último estante de la estantería y yo como buena persona que soy le hice el favor de acercarle. Para afianzar lazos y que me cogiese un poco más de cariño; no solo para usarme de afilador de sus colmillos. Pero el pobre chucho sarnoso se emocionó y empezó a patalear mientras el otro comenzaba a saltar y a destrozar todo por debajo. En resumen, soy inocente pero no lo ven.

Lo más doloroso y no hablo del desplante de Leo hacia las ramas que recogí fue a Reyna mirar el estado de sus mascotas, revisándoles las patas al menos cinco veces pero a mi que me había caído una lata en la cabeza solo me regañó. La vida es injusta, mi novia es injusta y las mascotas estaban ocupando el lugar que siempre fue mío por pleno derecho.

-¿Les ayudamos? - preguntó Piper al ver a Leo subirse a la espalda de Percy hasta alcanzar una rama y quedarse colgado. Según él, así se caería antes la palmera.

Lost at sea: CollapseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora